domingo, 2 de octubre de 2011

DIÁLOGOS DE MADRUGADA


Madrugada. Noche cerrada y luces apagadas en la casi totalidad de las ventanas cercanas. Se abre la puerta del comedor y se vive una escena entre un padre y su hijo. Intercambian unas palabras amortiguadas por el sueño:

-¿Pero que haces aquí a estas horas? ¿No tienes que ir mañana a trabajar?
-Sí, pero es que están dando un partido tremendo de la Conferencia Oeste y lo quería ver.
-Pero mañana vas a estar hecho polvo!
-Ya, pero es que... no pasa nada, cuando venga me echo una siesta y ya está.
-Desde luego... no es normal que pierdas horas de sueño por ver un partido, lo podías grabar y verlo tranquilamente mañana cuando vengas a casa.
-Ya, pero no es lo mismo. Además, seguro que algún compañero me dice el resultado y me fastidia el invento.
-Tu mismo, ya eres mayorcito, pero a mí no me parece normal.
-Hablas así porqué a ti no te gusta la NBA.
-Sí que me gusta, pero me parece una locura que duermas sólo 2 o 3 horas por ver un partido.
-¿Pero tú sabes lo que yo disfruto?
-Disfrutarás mucho, pero al final vas a caer malo.
-No hombre, no. Al revés, a mí ésto me sirve de relajación. Me hace bien.
-Tu sabrás Papá. Yo me voy a dormir que sino mañana no me entero de nada en clase.
-Tú te lo pierdes. A ver si te animas y te quedas alguna noche conmigo.
-¿Yo?, que va! Todavía no estoy tan loco. Como se levanté Mamá te la va a liar. Buenas noches.
-Buenas noches, hijo. Y no despiertes a tu madre.

Vuelve a sentirse el silencio tras el último chasquido del interruptor de la luz, que proviene de la habitación del hijo. Las imágenes de unos deportistas enfrascados en retar a los límites de la estética, se van sucediendo en el televisor mientras aquel padre consigue acomodarse de nuevo en una posición que le permita no pagar en exceso los rigores del sofá.

Y mientras disfruta de su condición de noctámbulo, sumergido en triples y mates imposibles, no puede evitar pensar lo duras que se le harían las noches, si por la razón que fuera, decidieran algún día suspender esa competición.

No lo harán, piensa. No serán capaces de robarnos nuestro sueño.

jueves, 15 de septiembre de 2011

CRÍTICOS, OPORTUNISTAS Y OTRAS HIERBAS


No deja de sorprenderme la facilidad que tiene la condición humana para criticarse a sí misma continuamente. Podemos verlo a diario en programas de televisión que se consagran a las intimidades del vecino, programas por cierto, que todos dicen ignorar pero que de forma “mágica” alcanzan cuotas masivas de audiencia.

En el mundo del deporte no podía ser menos. Quizás no salgan a la luz todos los detalles íntimos de los deportistas como en otros ámbitos (todavía), pero la globalidad del deporte y su repercusión social hace que todo el mundo se crea con legitimidad para opinar (yo mismo), y lo que es peor, para juzgar. Y la mayoría de las veces desde el desconocimiento.

Así, en el amplio espectro que conforman los aficionados al deporte, podemos encontrar todo tipo de grupúsculos según a que criterio atendamos: profesionales, periodistas, colaboradores, aficionados, tertulianos, blogueros, etc. Todos ellos, convencidos de estar perfectamente legitimados para emitir sus más que subjetivas opiniones. Faltaría más.

Además, Internet y las redes sociales han hecho proliferar este fenómeno, proporcionando un altavoz a todo aficionado que lo desee, que por fin puede ver como su “magisterio” a la hora de analizar al equipo o al jugador de turno, puede trascender las paredes del bar o de la oficina.

Así pues, como todos nos creemos con derecho a opinar, muchas veces obviando la preparación o dedicación que puedan tener los profesionales encargados de hacerlo, es básico poder reconocer quién emite esas opiniones para saber a que atenernos y lograr así distinguir si estamos ante críticos, oportunistas u otras hierbas.

                                                    LOS CRÍTICOS

Según la R.A.E. (Real Academia de la Lengua Española), una de las acepciones de la palabra crítico es la siguiente: “persona que ejerce la crítica”.
 
¿Y que es la crítica? Pues una de las acepciones que nos ofrece el mismo texto es la siguiente:
Crítica: “Examen y juicio acerca de alguien o algo y, en particular, el que se expresa públicamente sobre un espectáculo, un libro, una obra artística, etc.”.

Tras la consulta académica, creo que podemos entender como críticos en el mundo del deporte a aquellos que desde el examen de la situación, de una forma profunda (de ahí la palabra examen), aportan desde su perspectiva un juicio más o menos acertado sobre lo que han visto. Aquellos que intentan analizar y explicar desde su punto de vista aquello que creen ver.

Todos podemos ser críticos y todos tenemos el derecho a equivocarnos. Y si bien es lógico que las discrepancias sean inevitables (para gustos los colores), no se trata de creerse en posesión de la verdad, sino de intentar opinar con argumentos y desde el respeto.
                                                                              
                                               LOS OPORTUNISTAS

Vayamos de nuevo a documentarnos. Según la R.A.E., una de las acepciones de la palabra oportunista es: “Dicho de una persona: Que practica el oportunismo.”.

¿Y que es el oportunismo? Pues otra de las acepciones que nos muestra el mismo texto dice:
Oportunismo: “Actitud que consiste en aprovechar al máximo las circunstancias para obtener el mayor beneficio posible, sin tener en cuenta principios ni convicciones.”.

Pues eso. Poco más hay que decir. Personalmente son los que más me irritan.

Surgen de la nada, haciendo sangre cuando más duele. Agazapados en las sombras, aprovechan la más mínima debilidad para saltar a la yugular del objetivo marcado. No importa la trayectoria, ni las circunstancias, ni los condicionantes que puedan haber tenido lugar en el supuesto fracaso de la víctima elegida. Los más grandes deportistas de nuestro país ejercen de diana para los dardos de estos desagradecidos. Rafa Nadal, Fernando Alonso y Pau Gasol, pueden dar fe de ello.

Ahora sí, los mismos que disfrutan alzando la voz para proclamar el principio del fin de nuestras grandes estrellas, son los primeros en subirse al carro cuando los Nadal, Alonso o Gasol vuelven a pegar un puñetazo encima de la mesa. Entonces, los carroñeros ensalzan las virtudes y los logros de nuestros cracks, situándose a su lado cual escudero fiel. De forma ficticia, claro, con la daga escondida en la espalda a la espera de una nueva oportunidad.

En este Eurobasket lo estamos viviendo en la piel de Ricky Rubio. Unos y otros, a los dos lados del charco, se llenan la boca analizando el sorprendente bajo rendimiento a la hora de anotar del nuevo jugador de los Timberwolves. Se rasgan las vestiduras y se estremecen pensando en como un jugador con esa incapacidad para meter canastas puede haber llegado a Minnesota con un número 5 del draft.

No les importa ni la intensidad defensiva, ni la capacidad para cortar líneas de pase en el perímetro, ni la ayuda en el rebote, ni las asistencias... todo se resume a que no mete una. Como tampoco importa que partido a partido haya aportado más seguridad al equipo, ni que haya sido capaz de dominar un partido desde la defensa (algo a la altura de muy pocos elegidos).

¿Y si los caprichosos designios de los Dioses hacen que en la Semifinal o en la hipotética Final, sea Ricky el que decida el partido con una acción defensiva?

Todo lo anterior quedará en el olvido y sus mismos detractores elevarán a los altares a ese jugador tan especial, singular, diferente, inteligente, con capacidad de liderazgo... (se les agotarán los calificativos mientras esconden la daga), ese jugador (ahora sí les convendrá decirlo) capaz de dominar el baloncesto continental desde la defensa sin necesidad de anotar. Incluso serían capaces de decir que no anotaba porque en el equipo ya había otros jugadores con ese rol y no era necesario que lo hiciera. Todo ello, por supuesto, desde el disfraz de la más absoluta imparcialidad. Que necios.
                                            
                                                  OTRAS HIERBAS

Dentro de la gran cantidad de tipos de hierba que existen, uno de los más llamativos es el de las hierbas venenosas. El veneno que tienen estas hierbas es el que produce los efectos nocivos para el organismo.

Un Veneno que según la R.A.E., tiene como una de sus acepciones la siguiente: “Cosa que puede causar un daño moral”.
 
Un veneno alimentado por la ignorancia, la estupidez y el rencor de los que por sistema insultan, ensucian e intentan destruir todo aquello que supone un éxito para el deporte español. Lo hacen siempre, sin tregua. Cuando las cosas van bien, intentan desprestigiar los triunfos con rumores y sensacionalismos y cuando van mal, se vanaglorian de los éxitos de otros y ahondan en el fracaso de los nuestros. En definitiva, resultan ser elementos nocivos para la inteligencia, que integran ese grupo de otras hierbas que en el fondo no son más que pobres desgraciados que afortunadamente no siempre consiguen su objetivo. Pero cansan.


En realidad, con independencia de pertenecer o no a alguno de los llamados medios de comunicación, en el fondo todos nos creemos un poco críticos y acabamos siendo en más de una ocasión unos oportunistas. Quizás sea inevitable, lamentablemente. Pero lo que debemos evitar por el bien del deporte, es convertirnos en otras hierbas.

jueves, 8 de septiembre de 2011

THE ZONE 2014


Ha nacido un proyecto muy interesante para acercar el baloncesto a la gente joven de cara al Mundial de España en 2014. Como autor de un blog dedicado al baloncesto, me presto a promocionar esta actividad ya que considero que toda publicidad y toda dedicación es poca para conseguir que los jóvenes se involucren en el deporte y a poder ser en el deporte de la canasta que tanto nos apasiona.

Aquí os dejo la nota de prensa oficial. Espero que podais participar y que entre todos llevemos a cabo el proyecto que haga que en los próximos tres años crezca la afición al baloncesto.
--------------------------------------------------------------------------------------
The Zone, el lugar donde se encuentra el talento. Una comunidad de baloncesto de Bankia y la FEB.

Madrid. 02-09-2011
  
Bankia y la FEB, junto con Li-Ning como marca colaboradora, han desarrollado The Zone, una iniciativa de búsqueda de talento joven para que los fans del deporte disfruten, evolucionen y tengan una oportunidad en el mundo del baloncesto. 

La historia de todo gran jugador empieza en la calle, jugando 3x3's al lado de casa. Ahí es a donde la Operación Talento 2014 quiere llegar en la detección, captación y desarrollo de futuras estrellas. Pretende ayudar no sólo a los jóvenes federados, sino también bajar a las canchas del parque para ofrecer una oportunidad a todos los jugadores. The Zone es el lugar donde demostrar el talento, pasar de ser el jugón del barrio a convertirse en la sensación de la red y ser visto en todo el mundo.

Es un espacio social donde poder acceder a material exclusivo e interactivo de aprendizaje. En The Zone se podrán mejorar técnicas o enfrentarse a las pruebas de la Operación Talento. Dispondrá de contenidos exclusivos de las selecciones nacionales masculinas y femeninas o secciones como One2One, donde los usuarios podrán charlar con profesionales de la Federación e iconos de la Ñ.

Durante los próximos 3 años, este proyecto pretende dar el salto del medio digital inicial a la calle. TheZone2014.com es un lugar en el que los fans del baloncesto van a poder entrar, aprender y demostrar su talento.

En las pasadas semanas, The Zone ha repartido entradas a pie de pista para los partidos de preparación del Eurobasket de la Selección. Ahora mismo y hasta el 11 de septiembre, está activa la última fase del proceso de selección de “Tú puedes ser uno de ellos”, una iniciativa para llevar a un aficionado con la Selección a la fase final del Europeo de Lituania y que nos cuente su experiencia.

Sigue a The Zone en sus redes sociales. Facebook, twitter y su canal de YouTube.


martes, 30 de agosto de 2011

LOS DOCE DEL PATÍBULO

Y por fin... Lituania.

Después de una larga preparación, por fin los integrantes de nuestra Selección han llegado a tierras lituanas dispuestos a conseguir la medalla de oro en el Eurobasket o como mal menor, poder obtener el pasaporte a los Juegos Olímpicos de Londres. Para la inmensa mayoría de expertos y aficionados, la delgada línea que existe entre el éxito y el fracaso acaba en esa final, pero hay mucho trabajo y muchas horas de esfuerzos anónimos que no verán la luz ni se tendrán en cuenta una vez finalizado el campeonato.

No debe ser fácil hacer encajar a doce jugadores distintos, doce personalidades diferentes con sus respectivas manías y fobias, que a su vez tienen que adoptar un rol muy determinado en bien del colectivo aunque eso signifique su sacrificio personal.

Bien haría Sergio Scariolo si dedicara un par de horas a fijarse en como el Mayor Reisman entrenaba y se ganaba la confianza de sus muchachos en “DOCE DEL PATÍBULO”, la fantástica película dirigida por Robert Aldrich en 1.967, en la que Lee Marvin dignifica la condición de actor interpretando al militar que entrena a un grupo de presidiarios con el objetivo de asaltar un castillo lleno de oficiales alemanes.

En la película, una docena de tipos sin ningún tipo de entrenamiento militar, encarnados entre otros por Charles Bronson (Joseph Wladislaw), un magistral John Cassavetes (Victor Frankie), Donald Sutherland (Vernon Pinkley) o Jim Brown (Robert Jefferson), deben recibir instrucción por parte de Lee Marvin (Mayor Reisman), un oficial criticado y con mala prensa dentro del cuerpo, que se ve obligado a prepararles para entrar en combate.

Como el Mayor Reisman, Sergio Scariolo tiene la misión de entrenar y sacar el máximo provecho a doce tipos en una misión de alto riesgo. En la película, este riesgo es máximo, al igual que en Lituania, ya que si se fracasa no perderán la vida pero sí el billete directo a los Juegos Olímpicos. Y puede que el entrenador italiano pueda perder algo más, ya que como le pasa al personaje de Lee Marvin, empieza a tener detractores y no son pocas las voces críticas sobre su labor al frente del equipo. No obstante, Scariolo no tiene a sus órdenes a doce tipos cualquiera, sino a doce jugadores de primer nivel, entre los cuales figuran algunos de los mejores de Europa.

Siguiendo con los paralelismos, podemos identificar a Juan Carlos Navarro con el personaje de Wladislaw que interpreta Charles Bronson, el crack silencioso que acompaña a Reisman. Marc Gasol tiene la corpulencia que ofrece Jim Brown a su personaje de Robert Jefferson, sacrificando su fuerza y su tamaño en beneficio del grupo. Y Rudy Fernández podría tener ese punto rebelde y algo irreverente que le da John Cassavetes al personaje de Victor Frankie. Incluso la timidez y el apocamiento del que hace gala Donald Sutherland en su papel de Vernon Pinkley, podría identificarse con el poco protagonismo al que parece abocado un Víctor Claver que no acaba de encontrar su sitio en esta Selección.

Lee Marvin en su papel del Mayor Reisman, consigue que doce individuos sin aparentes habilidades bélicas conformen un grupo homogéneo y eficaz, capaz de llevar a cabo con éxito la misión encomendada. Y ésto lo consigue con autoridad y disciplina, pero sobre todo, ganándose la confianza de sus hombres, demostrándoles que es uno de ellos, sabiendo cuando dejarles libertad de acción y confiando en su capacidad de decisión ante las adversidades (la secuencia en la que se infiltran en territorio enemigo durante unas maniobras es magnífica).

Y es en este punto donde Scariolo debería sacar más conclusiones de su incursión cinéfila. En la fase final del Eurobasket de 2009, “parece” que surgieron algunas discrepancias en la forma de encarar los partidos por parte de los jugadores y éstos le hicieron ver la conveniencia de contemplar otras perspectivas en el juego del equipo. Scariolo no debe “Vencer” sino “Convencer” a sus hombres de su filosofía y ser capaz de confiar en un momento dado, en la calidad y en la improvisación de unos jugadores que han demostrado sobradamente su compromiso y su gen ganador.

La dificultad es máxima. En un campeonato de estas características lo recomendable es aprovechar algunos partidos que se presumen fáciles para poder dar minutos a todos los jugadores y hacer que se sientan dentro de la dinámica del grupo la mayoría de ellos. Pero no siempre es fácil. Puede haber sorpresas o partidos que se complican y tener que sortearlos con la ayuda de los teóricamente titulares haciendo que acumulen minutos y planteando dudas al resto de la plantilla. Aquí es donde Sergio Scariolo tiene que tener la cabeza fría. Debe lograr un equilibrio difícil de conseguir: hacer que el equipo gane y conseguir a su vez que cada componente del mismo se sienta lo suficientemente importante como para rendir al máximo en cualquier momento. Nunca se sabe.

Otra escena memorable de la película es cuando todos se enfrentan al Mayor Reisman por la ausencia de agua caliente para afeitarse. Lo que parece un problema de disciplina, el Mayor lo toma como un gran logro: han conseguido tener sensación de grupo, se han unido los doce como un sólo hombre en contra de un objetivo común. Ese es el camino.

Scariolo lo tiene más fácil que el sufrido Reisman. Este equipo si algo tiene a prueba de bombas es su identidad como grupo. Saben que la suma de todos resulta mayor que la de cada uno de ellos por separado. La triste circunstancia que le ha tocado vivir a Felipe Reyes no habrá hecho sino reforzar esa unión y ese compromiso colectivo. El entrenador italiano sólo debe preocuparse por no estropearlo. No debe ser intervencionista sino guiarles, convencerles, conseguir que lo acepten como uno más. Pero si eres un entrenador de prestigio internacional y tienes en tus manos una batería de excepcionales jugadores, la tentación de manejar ese potencial a tu antojo debe ser elevada. Del control que ejerza ante sus posibles ataques de entrenador y de su inteligencia dependerá buena parte del éxito de la Selección en este Eurobasket.

Seguramente no seré el primero ni tampoco el último en inspirarme en esta película para encontrar un cierto paralelismo con nuestra Selección. Pero no he podido resistir al deseo de hacerlo. Es que incluso en las máximas instancias podemos encontrar un claro ejemplo de esas similitudes. Un Presidente de Federación como nuestro singular José Luis Sáez, no podía verse mejor reflejado que en el socarrón personaje del General Worden interpretado por un gran Ernest Borgnine, quién desde su distinguida autoridad disfruta con la evolución de sus muchachos.

Esperemos que todos los actores de este Eurobasket logren realizar una de sus mejores interpretaciones y consigan un sitio en la historia del baloncesto europeo tal y como lo ha hecho la película “DOCE DEL PATÍBULO” en la historia del cine bélico.




jueves, 18 de agosto de 2011

TRISCAIDECAFOBIA


El miedo irracional al número 13 es conocido como triscaidecafobia. Es posible que en la concentración de la Selección Española de Baloncesto, durante estos últimos días, alguno de los integrantes del equipo tenga síntomas extraños que respondan a dicha alteración. No sería de extrañar, ya que seguro que ninguno de ellos quiere ser el jugador 12+1 cuando comience el Eurobasket de Lituania.

Sergio Scariolo tiene una difícil papeleta que tiene que resolver en los próximos días. Descartar a uno de los jugadores que entrenan a sus órdenes cada día no es tarea sencilla. El debate entre que es mejor, si lo que marcan las características físicas y técnicas de los jugadores o lo que muestra el estado de forma y mental de cada uno de ellos, está continuamente alimentándose en los foros de aficionados y en las opiniones de los profesionales.

Es evidente que en la Selección hay cinco jugadores imprescindibles e indiscutibles que forman la columna vertebral del equipo. Calderón parece destinado a ser el base titular del equipo, con Juan Carlos Navarro como ejecutor desde la posición de escolta y Rudy Fernández como un alero algo más bajo de lo recomendable pero con más movilidad y velocidad que los habituales treses. Por dentro, los Gasol no necesitan presentación, conforman la pareja interior más fuerte del continente.

En la elección de los siete jugadores que deben completar el roster reside la controversia. Dependiendo de quién sea el excluido, puede cambiar por completo la fisonomía del equipo y por tanto alterar las posibilidades de éxito en el resultado final de la competición. Variantes como una posible lesión, el grado de motivación, la capacidad de rendir desde un rol totalmente secundario, la inexperiencia y otras muchas, deben ser tenidas en cuenta para elegir el descarte final.

El equipo necesita tener en la rotación un jugador por línea que disfrute de la confianza del entrenador y de los compañeros. Parece que los que responden a esas premisas pueden ser Ricky Rubio, Fernando San Emeterio y Serge Ibaka. El base de los timberwolves no ha tenido precisamente una buena temporada, pero tanto el entrenador como sus compañeros, con buen criterio, confían en su talento y en su capacidad competitiva. San Emeterio se lo ha ganado a pulso siendo el MVP de la última temporada ACB y su polivalencia en las posiciones de escolta y alero le hacen el candidato ideal para reforzar el perímetro. Y por último, el congoleño Ibaka se antoja el complemento ideal para los hermanos Gasol, aportando una intensidad defensiva y una intimidación muy necesaria en la zona.

Los cuatro jugadores que restan para completar los doce elegidos jugarán menos minutos que los citados anteriormente, pero deben tener la capacidad de rendir al máximo cuando se les necesite, aceptando ese rol secundario sin crear mal ambiente dentro del grupo. Y aquí es cuando la subjetividad de la elección se hace más evidente. Scariolo y su cuerpo técnico son sin duda los que más datos manejan sobre sus jugadores, desde como entrenan a como es su relación personal con el resto de compañeros, pasando por su estado de ánimo o su falta de confianza.

Parece que Víctor Sada y Sergi Llull, por su condición física y su explosividad, pueden ser dos jugadores ideales para poder darle al equipo ese plus de intensidad necesario en un momento dado. Pero la falta de un alero alto que pueda ofrecer una alternativa distinta a Rudy o a San Emeterio en esa posición, hace de Carlos Suárez otro candidato a quedarse en la lista final. Por dentro, la opción más segura parece Felipe Reyes por su experiencia y por su capacidad reboteadora, además de pertenecer al núcleo de este equipo desde el comienzo, algo nada desdeñable en un grupo algo falto de pegamento con la ausencia de Alex Mumbrú y Jorge Garbajosa. Por último, con un rol encaminado más hacia la posición de ala-pivot que a la de alero, queda un Víctor Claver algo desdibujado, que no acaba de confirmar con la Selección todo lo que apuntan sus condiciones físicas.

Asumiendo que Sergi Llull va a desempeñar el papel de escolta y que Víctor Claver tiende a ser un cuatro en este equipo, los cinco jugadores que se juegan el puesto pueden ocupar todas las posiciones en el campo, conformando un equipo de descartes que sería capaz de competir por sí sólo contra cualquiera. Esta es la gran riqueza de esta selección. Pero sobra uno, lamentablemente.

Víctor Sada es sobrio, seguro, asegura buena defensa en la posición de base y ayuda en el rebote gracias a su gran capacidad física. Ha hecho una temporada fantástica en el F.C. Barcelona demostrando que es bastante fiable y parece capacitado para aceptar ese rol secundario y rendir inmediatamente en los pocos minutos que pueda disputar. Sería el tercer base del equipo y ese precisamente, puede ser su gran handicap para viajar finalmente a Lituania.

Otro que parece preparado para ejercer su papel de microondas en esta selección es Sergi Llull. Asegura potencia, agresividad y anotación desde la posición de escolta. Aunque algunas veces peca de ir demasiado acelerado, tener un jugador de estas características puede ser aconsejable en partidos que se enquistan y necesitan de un revulsivo. Además, el hecho de poder ejercer de base si la ocasión lo requiere, juega a su favor.

La gran incertidumbre recae en la posición de alero. Prescindir de Carlos Suárez supone viajar al Eurobasket sin ningún alero puro, sin ningún tres alto, a expensas de lo que jugadores como Rudy o San Emeterio puedan ofrecer en una posición que no es la suya o a que Víctor Claver explote jugando por fuera. El equipo podría sufrir en defensa en los emparejamientos con selecciones que tengan verdaderos aleros de nivel y es ahí donde “Chimpa” tomaría relevancia y podría ayudar al grupo. Parece, eso sí, que Suárez puede ser a día de hoy uno de los más afectados por los síntomas de la triscaidecafobia y su evolución es incierta.

Con Felipe Reyes hay pocas dudas. Es un bregador, un grandísimo reboteador, un cada vez mejor tirador desde la media distancia y un hombre básico por su experiencia y su ascendente dentro del grupo. Considero que debe ser el cuarto hombre interior y que es totalmente necesario un jugador como él en este equipo. Su versatilidad a la hora de jugar indistintamente en las posiciones de ala-pivot o pivot, hacen de él un complemento ideal en la rotación interior.

Y por último, Víctor Claver representa a ese jugador que en cada pre-selección se le presume como indispensable por su capacidad física, por su doble juego en la posiciones de alero alto y ala-pivot, por su proyección, por su juventud, por su esperada explosión... que finalmente nunca llega. Una vez tras otra, parece que se diluye al llegar a la Selección. A priori, también en esta ocasión, parecía uno de los fijos por su versatilidad, y quizás finalmente lo sea para Scariolo, pero tras verlo en los tres primeros partidos de preparación deja la sensación de ser un jugador prescindible, y esa es precisamente la única característica que no debe tener ninguno de los doce elegidos. Todos y cada uno de ellos debe aportar algo al grupo para tener posibilidades reales de éxito.

Así pues, y desde mi más absoluta subjetividad, considero que en un equipo formado por:

José Calderón - Ricky Rubio,
Juan Carlos Navarro - Sergi Llull,
Rudy Fernández - Carlos Suárez,
Pau Gasol - Serge Ibaka,
Marc Gasol - Felipe Reyes

con Víctor Sada como tercer base y Fernando San Emeterio como hombre de perímetro polivalente, el jugador abocado a quedarse en casa maldiciendo ese fatídico número 13 debería ser Víctor Claver.

Esperemos que Sergio Scariolo y su cuerpo técnico, sea cual sea su elección, acierten plenamente y este equipo pueda seguir haciendo historia consiguiendo un nuevo oro para el baloncesto español.

jueves, 28 de julio de 2011

EL MOJO PICÓN


Cuando uno está convencido de cual es su sitio tiene que luchar por conseguir estar en él y en el mundo del deporte los trenes suelen pasar pocas veces y hay que subirse en marcha. Eso es lo que hizo Sergio Rodríguez cuando dejó el Club Baloncesto Estudiantes para perseguir el sueño de jugar en la NBA.

Cinco años después, quizás ese sueño no ha sido exactamente como él había imaginado, quizás esperaba haber sido más determinante de lo que le han dejado ser, pero también hay que valorar muy positivamente su periplo por la mejor liga del mundo, ya que no hay demasiada gente que pueda decir que ha jugado durante cuatro años en la NBA.

Personalmente estoy convencido de que el juego de Sergio se adapta más a la liga estadounidense que al juego europeo, aunque al cruzar tan pronto el charco no pudimos comprobar su capacidad de poder ser dominante en el viejo continente.

El jugador de Tenerife, depués de pasar por el centro de formación Siglo XXI, aterrizó en Madrid enrolándose en el Estudiantes, y ya como jugador del equipo madrileño maravilló en el Europeo junior de 2004 en Zaragoza, ganando la medalla de oro y siendo el MVP de la competición. En esos momentos era uno de los jóvenes con mayor proyección en Europa confirmándolo la temporada siguiente en la ACB donde recibió el premio de Jugador revelación de la temporada 2004/2005. Era fácil para el jugador, después de semejante carta de presentación en el baloncesto profesional, pensar que tenía condiciones para dar el salto a Estados Unidos. La elección en el número 27 del draft por los Phoenix Suns en 2006 fortaleció sus deseos de emprender el sueño. El hecho de que sus derechos hubieran sido traspasados a los Portland Trail-Blazers no cambiaba el escenario.

Mucho se ha hablado sobre la conveniencia de haber salido de Europa siendo tan joven, sobre si debía haber estado más años jugando en la ACB y un sinfín de comentarios y tesis muy fáciles de argumentar a toro pasado. Lo cierto es, que viendo jugar a aquel chaval como los ángeles y con el talento que tenía y demostraba, era difícil pensar que no sería capaz de hacerse un hueco tarde o temprano. Pero no contábamos con Nate McMillan.

El Chacho nunca se sintió cómodo con un entrenador como McMillan, un obseso del orden y exigente con el nivel defensivo de sus bases, justo los puntos donde no destacaba el juego del español, quién se sentía más cómodo en un esquema rápido y algo más anárquico que lo que le esperaba en la franquicia de Oregon. Sergio era rápido, alegre, capaz de revolucionar un partido en pocos minutos (como demostró varias veces), buen anotador en penetración..., todas ellas condiciones que el entrenador de los Blazers no veía necesarias para el base de su equipo. Por eso, se hace más difícil de entender el porqué mantuvo a Sergio en la plantilla y no le buscó una salida. Quizás McMillan tenía miedo a que ese españolito campeón del mundo con su selección se saliera en otro equipo y manchara su prestigio como visionario. Nunca lo sabremos.

Cuando después de tres años, le dejaron salir mediante un traspaso a Sacramento, “Spanish Chocolate” había perdido la chispa y la soltura que tenía cuando llegó a la NBA. Maniatado por los sistemas de McMillan, acostumbrado a castrar su imaginación para cumplir con el guión establecido con tal de jugar algunos minutos, llegó a Sacramento dispuesto a oxigenarse, con un entrenador que parecía que confiaba en él. Pero en equipos en reconstrucción como estaban en ese momento en los Kings, las decisiones y los rumbos deportivos cambian de un día para otro y consecuencia de ello, el canario fue traspasado a los Knicks de New York esa misma temporada 2009/2010.

A priori, Mike D'Antoni parecía el entrenador ideal para Sergio en ese período final de su contrato rookie. New York parecía un equipo propicio para jugar minutos y poder desarrollar su juego sin presión, pero las probaturas a jóvenes promesas y la tardanza a la hora de renovar a jugadores (entre ellos a Sergio) una vez finalizada la temporada, debido a la espera de “The Decision” por parte de LeBron James y el resto de grandes agentes libres de aquel verano, hicieron que Sergio aceptara la oferta del Real Madrid, cansado de los cantos de sirena del baloncesto americano.

De los tres años que el jugador canario firmó con el Real Madrid acaba de finalizar el primero sin demasiado protagonismo, si bien es cierto que ha sido un año cuanto menos algo atípico en la Casa Blanca, con la dimisión de Ettore Messina y algunos altibajos deportivos.

Creo firmemente que Sergio Rodríguez tiene todavía mucho baloncesto que ofrecer. Parece que es un jugador que ya está de vuelta de todo por haber regresado de la NBA y olvidamos que acaba de cumplir tan sólo 25 años. Tiene talento, juventud y espero que ganas y motivación para demostrar que puede ser el director de juego de uno de los grandes clubes de Europa. Pero necesita que le den confianza, que no le encorseten otra vez, que crean en él y en su juego. Este Real Madrid, con jugadores como Llull, Suárez, Mirotic, Velickovic, Tomic, etc, tiene jugadores jóvenes preparados para poder seguir el ritmo del canario y parece que Pablo Laso, el nuevo entrenador blanco, confía en él y está dispuesto a darle las riendas del equipo. Así sea.

El gran Andrés Montes le apodaba cariñosamente “Mojo Picón”, como se le llama a la rica salsa canaria como decía la canción del mismo nombre.

Así pues, parafraseando una estrofa de la canción de Caco Senante, y permitiéndome la licencia de cambiar el verbo “bailar” por “jugar”, que es lo que aquí nos ocupa, espero que los aficionados del Madrid y también porqué no de nuevo, los de la Selección Española, disfruten pronto del resurgir de Sergio Rodríguez y acaben cantándole:


“Si a la hora de jugar, el alma pide sabor
y los pies se le disparan movidos por un motor,
no es que se haya vuelto loco, ni es problema de tensión,
es que la salsa que suena, es la del Mojo Picón.”






miércoles, 13 de julio de 2011

EL CEMENTERIO DE LOS ELEFANTES


El verano es tiempo de fichajes en todas las competiciones y por lo tanto también en el baloncesto y en nuestra liga ACB. En esta vorágine de movimientos, algunos se equivocan y otros aciertan, y este último parece ser el caso del Bizkaia Bilbao Basket.

Después de una temporada ilusionante donde llegaron contra todo pronóstico a la final de la ACB, se abre ante ellos un nuevo escenario para el que se están reforzando de manera muy inteligente. Para competir en la Euroliga no es suficiente con tener un buen equipo, sino que necesitas jugadores con experiencia.

Tras la estela de Alex Mumbrú, han decidido fichar a dos jugadores experimentados y con mucho camino recorrido como son Raúl López y Roger Grimau. Acostumbrados a jugar al primer nivel y en equipos de referencia, pueden y deben aportar al equipo un grado de experiencia del que van a salir muy beneficiados el resto de compañeros.

Deportivamente hablando, Raúl López se puede complementar perfectamente con Aaron Jackson, además de aportar una visión de juego y un tiro exterior que mejorarán las prestaciones del perímetro. Roger, es el prototipo de jugador que todo entrenador quiere tener en su equipo (seguro que Katsikaris piensa igual). No es fácil encontrar un jugador con un manejo de balón, una defensa y un grado de compromiso e intensidad como el que tiene Grimau. Además estoy convencido de que tiene mucha más capacidad anotadora de la que ha podido demostrar estos años en el Barça.

Así, con la continuidad de Alex Mumbrú y la incorporación de Raúl López y Roger Grimau, el Bilbao Arena se puede convertir en un cementerio de elefantes, pero no precisamente por albergar en su cancha a jugadores que se han retirado allí al final de sus días como hacen los grandes paquidermos.

En 1.946 se inauguró en Argentina el “Estadio Brigadier General Estanislao López”, cancha del Club Atlético Colón de Santa Fe (una de las sedes de la actual Copa América de Futbol). A este estadio se le conoce con el sobrenombre de “El Cementerio de los Elefantes” porqué durante sus primeras décadas de vida los 5 grandes del fútbol argentino tuvieron serios problemas para poder ganar allí, cayendo derrotado incluso el todopoderoso Santos de un tal Pelé en 1.964.

Con la incorporación de Raúl López y Roger Grimau y el buen hacer en la banda de Fotis Katsikaris, quizás en Miribilla puedan emular al equipo argentino y conseguir que los grandes equipos europeos que pasen por allí la próxima temporada salgan escaldados por la actuación de esos “viejos elefantes”, que no olvidemos, una de sus grandes virtudes es la memoria, y a estos jugadores no se les ha olvidado ganar.

domingo, 26 de junio de 2011

LA SUERTE DEL CAMPEÓN


En el deporte profesional hay una frase recurrente que se utiliza en innumerables ocasiones para definir un golpe de suerte asociado a un deportista o a un equipo que está atravesando una fase ganadora.

Eso es lo que han tenido los Dallas Mavericks de Dirk Nowitzki: la suerte del campeón. Los recientes campeones han tenido uno de esos golpes de suerte inesperado en el último draft de la NBA.

Porqué así se puede llamar al hecho de que el vigente campeón de la competición consiga a cambio de las elecciones números 26º y 57º de un draft supuestamente bajo en calidad, los servicios de un jugador campeón del mundo y de Europa con su selección, con experiencia de tres temporadas en la NBA y en la plenitud de su carrera, ya que tan sólo tiene 26 años.

Sí es cierto que es una gran noticia para Rudy Fernández haber sido traspasado a un equipo como Dallas Mavericks. Tan cierto como que es el equipo de Mark Cuban el gran beneficiado de esta operación, más incluso que el propio jugador.

Después de haberlo pasado mal en su estancia en Portland, especialmente en los dos últimos años, precisamente ahora se abría ante él el final del túnel. Sólo le quedaba un año de contrato y era consciente de que la posibilidad de ser traspasado era muy real. Podría recalar en un proyecto interesante deportivamente hablando (como así ha sido) o en un equipo donde no le interesara jugar y con quién podría negociar un “buyout” para volverse a Europa, donde grandes equipos le estaban esperando con los brazos abiertos. Su futuro inmediato podía tener varias vertientes, pero cualquiera de ellas parecía mejorar lo presente.

Para los Mavericks sin embargo, este movimiento ha sido un regalo del cielo. Consiguen un jugador con muchísimo potencial para la posición de escolta, la menos definida del equipo, a cambio de muy poco. El jugador español es muy buen tirador de larga distancia, como ha acreditado en sus años en Portland, pero es mucho más que eso.

Un jugador que ha sido mejor recuperador y mejor defensor en la ACB, incluído en el mejor quinteto de esa competición y siendo mejor anotador de la misma, que ha sido galardonado como MVP en varias competiciones en Europa y que ha sido estos últimos años uno de los máximos exponentes de la Selección Española ganando medallas en todas las competiciones que han disputado, no puede ser encasillado como un mero triplista como le ha pasado con Nate McMillan.

Dallas va a tener en Rudy un jugador que le puede ofrecer tiro exterior, defensa en la línea de pase del perímetro, asistencias, penetraciones en la zona, rebote en la posición de escolta, manejo de balón, intensidad, y sobre todo conocimiento del juego. Y no está nada mal apuntalar un equipo campeón con un jugador acostumbrado a jugar al máximo nivel y con la experiencia que atesora el ex-jugador de la Penya.

Parece evidente que puede ser un jugador que se entienda a la perfección con los Jason Kidd, Jason Terry, Dirk Nowitzki y compañía, en un equipo bastante acostumbrado a trabajar con jugadores no estadounidenses y abiertos a otro tipo de baloncesto.

Además, con el poco salario que cobra el jugador español, debido a que está todavía en su último año de contrato “rookie”, los mavericks pueden pensar en la renovación de DeShawn Stevenson o de J.J. Barea, en función de lo que más les convenga para completar el equipo, teniendo en cuenta también la aportación de hombres como Beaubois o Caron Butler.

Los actuales campeones con este movimiento han rejuvenecido el equipo, pero no con dos jóvenes inexpertos provenientes de la NCAA que habrían tardado años en aportar al equipo, sino con un jugadorazo como nuestro Rudy Fernández que a poco que le den confianza y minutos, les pondrá a estos mavericks la etiqueta de haber sido la franquicia que consiguió el mayor robo del draft 2011.

viernes, 17 de junio de 2011

TREINTA Y TANTOS


Hace ya algunos años, un amigo de los que el tiempo va alejando hacia el olvido, me espetó una curiosa frase que en aquel momento no tuvo la mayor trascendencia: “La circunstancia de la vida no es más que una penetración hacia el infinito”. No soy filósofo, ni tengo la menor idea de lo que significa, pero estos últimos días, la frase de marras me ha vuelto a la memoria a raíz de la renuncia de Jorge Garbajosa y Alex Mumbrú a la Selección Española de Baloncesto.

He vuelto a pensar en la dichosa frase, al darme cuenta de que varios de los jugadores de la Selección que nos ha dado más satisfacciones en los últimos años están llegando al final de su carrera deportiva. Muchos de ellos todavía están “en edad de merecer”, pero indudablemente el paso de los años va a hacer que tengan que asumir nuevos roles en sus equipos.

Jugadores como Pau Gasol, José Manuel Calderón o Juan Carlos Navarro han llegado (o están a punto de llegar, caso de Pau) a los 31 años en un nivel físico y de juego excelente. En ellos no se vislumbra ningún atisbo de declive ni de principio del fin. Al contrario.

Pero otros, como Carlos Jiménez (35), Jorge Garbajosa (33), Alex Mumbrú (32), Felipe Reyes (31), Berni Rodríguez (31), Raúl López (31) y Carlos Cabezas (30), todos ellos jugadores importantes en la Selección y en sus respectivos equipos durante estos años, empiezan a acusar la edad, los veranos sin descanso y el desgaste físico y mental que supone estar al más alto nivel durante mucho tiempo.

Este elenco de jugadores ha estado en todos los grandes logros del pasado reciente de la Selección desde 2006 (caso de Mumbrú, Garbajosa y Reyes), o en casi todos (Berni y Jiménez se perdieron el Eurobasket-09, Cabezas no estuvo en los JJOO de Pekín, y Raúl López sólo disfrutó de los Juegos y del último Eurobasket-09). Pero indudablemente, todo tiene un final y más en el mundo del deporte. Acudiendo a la recurrente frase del principio, todo jugador es hasta cierto punto circunstancial, temporal, pasajero, un grano en el infinito que supone la historia de cualquier deporte. Pero las cosas no acaban de hoy para mañana. Aunque algunos nos lo quieran hacer creer.

En este país tenemos la costumbre malsana de pasar de un día para otro del blanco al negro. Lo que ayer valía, hoy ya no vale. Y en el mundo del deporte ese hábito se magnifica aún más, creando no sólo injusticias, sino traicionando de forma cruel el historial deportivo de grandes campeones.

Lo podemos ver en todos los ámbitos. Mitos del deporte como Rafa Nadal o Fernando Alonso, que sin duda ya forman parte de la historia de sus respectivas disciplinas, ven continuamente puesta en duda su valía en función del último resultado, para volver a ser idolatrados (por sus mismos críticos oportunistas) pocos días después.

En el baloncesto, como en el resto de deportes, pasa exactamente igual. Pero lo que está ocurriendo con la generación de los chicos de oro y sus “hermanos mayores” nos duele especialmente a los que amamos este deporte.

Quizás sí sea cierto que jugadores como Jorge Garbajosa o Felipe Reyes no han tenido su mejor temporada, pero su valía para seguir jugando siendo importantes está fuera de toda duda y continúan siendo a día de hoy dos de los mejores cuatros del continente. Alex Mumbrú ha hablado fuerte y claro en estos play-offs sin necesidad de articular palabra, para desgracia de algunos y regocijo de muchos. Otros como Berni Rodríguez, Carlos Cabezas o Raúl López, pueden aportar mucho todavía y ser jugadores importantes allá donde el destino les lleve, aunque hayan desaparecido del firmamento mediático. Y por último, Carlos Jiménez, el más veterano de todos, sin duda al final de su carrera, se debe plantear si debe seguir sentando cátedra dentro o fuera de la cancha, cualquier elección será la correcta.

Todos ellos son grandes jugadores y grandes profesionales. Aún siendo evidente que no tienen la explosividad o el físico de hace unos años y sabiendo que quizás el rol a desempeñar en sus respectivos equipos debe cambiar, todavía conservan el talento y la inteligencia suficiente para ser piezas cotizadas y relevantes en cualquier aspirante a grandes logros.

Siguiendo el proverbio chino: “Pregunta al hombre con experiencia, no al hombre con estudios”, bien harían los dirigentes de los equipos de este país en no dejarse encandilar por nombres extranjeros y físicos imponentes carentes de fundamentos (los estudios del refrán) y apostar por la EXPERIENCIA de los que no hace tanto han sido anhelados y deseados por los mejores equipos de Europa.

jueves, 9 de junio de 2011

HORA DE PARTIR

21 de octubre de 1990. Hay fechas que por sí solas no dicen nada, pero el tiempo siempre acaba siendo juez de cualquier acontecimiento. 14 años, 11 meses y 24 días después de ese otoñal día, debutaba en la ACB un niño llamado Ricard, rompiendo todos los moldes de precocidad establecidos hasta ese momento. Aíto García Reneses le dio la oportunidad en la mejor liga del continente europeo a un chico imberbe que apuntaba muchas maneras y albergaba todas las dudas posibles en cuanto a su capacidad para competir contra verdaderos hombres.

Para entonces, ya había demostrado una gran superioridad entre sus coetáneos. En la primera edición de la Minicopa (Sevilla-2004) y con sólo 13 años, ya mostró sus enormes cualidades dejando claro que no era uno más, que era especial. Se llevó el premio MVP de la competición. Ricky Rubio había nacido para el gran público.

Con toda naturalidad, fue jugando partidos con la Penya como uno más, compitiendo lo mejor que sabía durante los minutos que estaba en pista, aprendiendo de todos. Tutelado por Aíto fue creciendo en cada situación, en cada partido, haciéndose un sitio prácticamente sin hacer ruido, sin prisa pero sin pausa, inexorablemente.

Por el camino ha ido acumulando efemérides, records y grandes números. Como ser campeón de Europa Sub-16 donde fue nombrado MVP tras ser el máximo anotador, reboteador, asistente y recuperador del campeonato. Como ser elegido mejor jugador joven de Europa. Como ser incluido en el mejor quinteto de la ACB. Como muchos otros que son innumerables.

Entre ellos, ser internacional con la Selección Española de Baloncesto, debutando con tan sólo 17 años. A día de hoy ya ha disputado todas las competiciones importantes a nivel internacional: Juegos Olímpicos, Mundobasket y Europeo. Se ha convertido en uno de los hombres importantes de la Selección y en una de las piezas básicas del equipo, con tan sólo 20 años.

Durante el trayecto, un hecho ha sido determinante en su carrera. La elección por parte de los Minnesota Timberwolves con el número 5 del draft de 2009 de sus derechos en la NBA. Lo que parecía un salto inminente a la competición americana se truncó temporalmente al salir elegido en una posición peor de la que esperaba. Decidió esperar y acabar de formarse al más alto nivel. El Barça le esperaba. Soportar la presión de jugar en un equipo aspirante a todo era el último paso en su aprendizaje.

En su periplo como barcelonista ha conseguido títulos (también lo hizo con la Penya) y ha competido con y contra los mejores, pero quizás no ha conseguido ser el base dominante a nivel europeo tal y como se esperaba cuando fichó por el equipo azulgrana. Sin duda ha sido un referente en el equipo, pero tras el Mundobasket 2010, donde no tuvo una actuación muy destacada, parece haber entrado en un período de estancamiento y de dudas en su juego durante esta última temporada.

No obstante, parece ser que el momento ha llegado. Todo apunta a que una vez acabe la final de la ACB anunciará oficialmente su marcha a la NBA. Las condiciones contractuales de aquella competición y la incertidumbre acerca de las condiciones que marcará el nuevo convenio han hecho que tuviese que tomar ya una decisión. Los Timberwolves siempre han estado interesados en él, pero querían saber a que atenerse de cara al próximo draft. Toda espera tiene sus límites y más de dos años parecía excesivo.

Se abre ante Ricky un nuevo escenario. Llega a una nueva competición donde tendrá que aclimatarse lo más rápido posible. Tiene cierta buena fama entre los americanos tras su gran actuación en la final de los Juegos Olímpicos de Pekín, pero esa impresión la debe confirmar desde el principio. En la NBA los roles son importantes y cuanto antes consiga uno de actor principal, menos riegos tendrá de que recaigan sobre él todos los prejuicios que asolan el baloncesto estadounidense.

El momento parece ideal para el jugador español. Tras una temporada de dudas donde no ha conseguido ser el Ricky eléctrico que todos conocíamos, puede ser un gran momento para empezar otro reto y no estancarse. Tener que arrancar prácticamente de cero y la necesidad de demostrar que es un jugador más que válido para jugar allí, puede hacer que recupere las sensaciones que le hicieron debutar con 14 años y vencer todas las dificultades que le esperaban en el camino.

Tiene suficientes argumentos para conseguirlo. Jugar de base con una altura que supera el 1,90 y con una envergadura alrededor de 2,05 m., supone tener unas condiciones físicas ideales para poder competir con garantías contra cualquier rival en su posición. Tiene experiencia internacional tanto a nivel de selecciones como al máximo nivel de clubes. Es rápido, tiene buen manejo de balón y destaca sobremanera en dos características muy valoradas en la NBA: puede ser un gran asistente a poco que le ayuden sus compañeros y ser uno de los mayores recuperadores de la liga.

Tiene cosas que mejorar, como el tiro exterior (su gran talón de Aquiles) que se antoja básico para poder ser una amenaza desde la posición de base. Pero tiene mucho tiempo por delante y un alto margen de mejora. Con una buena ética de trabajo y con humildad para dejarse aconsejar, no debería tardar en mejorar ostensiblemente esa laguna de su juego.

Aterriza otro de los nuestros en la mejor liga del mundo. Le han comparado en alguna ocasión con el gran Pete “Pistol” Maravich. No sé si llegará a estar a la altura de esa comparación, pero de lo que sí estoy seguro es de que a poco que se lo proponga, el genio de El Masnou conseguirá hacer realidad el sueño americano.

martes, 24 de mayo de 2011

CRÓNICA DE UN VIAJE

Aquí os dejo mi nuevo artículo, acerca de la progresión de Marc Gasol, que me han publicado en www.ultimatenba.com


No debe ser fácil tener 16 años y tener que cambiar tu vida porque tu hermano mayor se va a convertir en una estrella del baloncesto. Marc Gasol, un adolescente en aquel año 2001 del desembarque de Pau en la mejor liga del mundo, iba a cambiar Barcelona por Memphis, con la impresión de que su vida daba un giro mayúsculo con final incierto.

Marc ya jugaba al baloncesto en las categorías inferiores del F.C. Barcelona cuando emigró a la ciudad de Elvis, y una vez allí lo siguió haciendo en el Laussane Collegiate Institute de Memphis donde fueron testigos de que en aquel gran corpachón se escondía algo más que un montón de kilos y centímetros. Ya cuando empezaba en el Barça, muchos entrenadores destacaban la clase que atesoraba el mediano de los Gasol; sólo hacía falta que él se lo creyera. Y lo hizo.

Llevó a su Instituto de Memphis a ser el mejor equipo de la región, destacando como gran estrella entre sus compañeros y promediando 27,5 puntos, 12,5 rebotes y 5,7 tapones por partido. Pero él sabía que si seguía jugando en Memphis no progresaría lo suficiente para llegar al nivel que pretendía, para llegar a ser un gran jugador. Y tomó una difícil decisión, volver a Barcelona.

Debutar en la ACB no es fácil. Y si tienes a jugadores consagrados delante, tal como le ocurría en el Barça, es más difícil aún. Tampoco le ayudó ser hermano de quién era. Las comparaciones fueron constantes y generalmente dañinas, pero Marc no quería perder el tiempo en lamentaciones, quería seguir su camino, aunque tuviera que ir marcha atrás para coger más impulso. Las pocas oportunidades y los métodos de Dusko Ivanovic hicieron el resto.

En el verano de 2006, mientras disfrutaba de sus vacaciones, fue llamado por el seleccionador Pepu Hernández para acudir a la concentración de la Selección Española ya que Fran Vázquez se había lesionado y necesitaban un hombre alto para completar los entrenamientos. Llegó allí como invitado, con un rol totalmente secundario, simplemente para rellenar. Pero Marc entendió que era la oportunidad de su vida. Se vació en los entrenamientos y puso en bandeja al entrenador la decisión de quién iba a ser el último pivot del equipo. Aquella intensidad y aquella altura no se podían desaprovechar. El resultado final le dió la razón, campeones del mundo y con un papel destacado en la parte final del campeonato. El Akasvayu le esperaba.

En Girona, fue donde se pudo ver al verdadero Marc Gasol. Fue allí donde confirmó lo que había apuntado en el Mundial y donde encontró los minutos y la regularidad que Ivanovic le negó en el Barça. Creció como jugador y sobre todo creció en confianza. Sabía que por condiciones físicas y por fundamentos del juego debía ser dominante y se decidió a serlo. Después de superar el record de Arvydas Sabonis en la ACB siendo nominado como MVP en once jornadas de liga, fue nombrado MVP de la ligar regular y formó parte del quinteto ideal de la ACB. Estaba preparado para volver a cruzar el charco, pero esta vez sería para forjar su camino, no para acompañar a otro.

En el deporte profesional hay que tener algo de suerte y Marc la tuvo. El 1 de febrero de 2.008 sus derechos como jugador NBA que pertenecían a Los Angeles Lakers fueron traspasados a los Memphis Grizzlies en la operación que hizo llegar a su hermano al equipo de Phil Jackson. Su desembarco en la NBA era un hecho en la temporada 2008/2009.

Memphis era una gran oportunidad para Marc. El haber vivido en la ciudad durante años acompañado de su familia hizo que se sintiera como en casa y no iba a necesitar ningún tiempo de adaptación. En el equipo todos lo conocían, los directivos, los empleados de la franquicia, etc., y era el grupo ideal para empezar su aventura americana. Era conocido por la afición grizzlie y el equipo estaba en plena reconstrucción tras la marcha de su estrella. Se habría un escenario donde poder jugar muchos minutos y aprovechar la experiencia que tenía de la ACB para intentar destacar. Y así lo hizo de nuevo. En su primera temporada no sólo jugó muchos minutos, sino que además lo hizo con un nivel lo suficientemente alto para ser seleccionado para jugar con el equipo rookie en el All-Star Game.

A partir de ese momento, el camino de Marc Gasol en Memphis no ha hecho más que crecer. Tras tres temporadas en los grizzlies se ha convertido en uno de los pilares del equipo sin discusión, hasta el punto de ser uno de los capitanes del equipo, dato significativo siendo europeo y llevando poco tiempo en la franquicia. Pero es que desde el principio el mediano de los Gasol ha disfrutado de un gran ascendente entre sus compañeros. Todos le respetan y le escuchan, es uno de los líderes del vestuario y sin duda es uno de los jugadores interiores de la liga que más proyección han mostrado en los últimos tiempos.

Faltaba lo más difícil, hacer que los grizzlies dejaran atrás la dinámica perdedora que lastraba al equipo y que hacía que el FedExForum fuera uno de los estadios con menos afluencia de la NBA. Rodeado de jugadores veteranos como Zach Randolph, Tony Allen o Shane Battier, han conseguido entrar como octavos de la Conferencia Oeste y hacer historia en estos play-offs eliminando a San Antonio -el equipo con mejor record de la conferencia en temporada regular- y forzando el séptimo partido contra los emergentes Oklahoma City Thunder de Kevin Durant y Russell Westbrook. Las por fin abarrotadas gradas del FedExForum han sido testigos, tanto en primera ronda contra los spurs como en Semifinales de Conferencia contra los thunder, de la confirmación de Marc Gasol como uno de los mejores pivots puros de la competición, jugando a mejor nivel incluso que en temporada regular y ejerciendo de auténtico líder en la cancha.

El viaje ha completado su última estación. Considerado como uno de los agentes libres más cotizados de este verano, Marc se asegurará un importantísimo contrato ya sea renovando con Memphis -que tienen la posibilidad de igualar cualquier oferta-, o fichando por cualquier otro equipo que quiera reforzarse en su juego interior. Contrato que plasmará en cifras lo que ya todos saben, que ha entrado a formar parte por derecho propio en la historia del baloncesto español.

sábado, 14 de mayo de 2011

EL DESPERTAR DEL SUEÑO

Hace algo más de cuatro años, un 29 de enero de 2.007 y todavía un año antes de que se hiciera realidad el traspaso de Pau Gasol a Los Angeles Lakers, emergía en los aficionados de Memphis Grizzlies un sentimiento de rabia hacia él, tras algunas declaraciones que manifestaban el deseo del jugador de formar parte de otro equipo con más aspiraciones.

Como aficionado a la NBA y seguidor del jugador español desde sus comienzos en esa competición, sentí la necesidad de plasmar mi indignación en un artículo que sigue perdido en un pequeñito blog por la red, caído en desuso, y firmado por LOBO, mi alter ego. Esto es lo que decía:

“EL DESPERTAR DEL SUEÑO.
La conducta humana algunas veces se manifiesta en su vertiente más irracional.
El mismo individuo que hace apenas un año vibraba con la posibilidad de que un integrante del equipo de su ciudad fuera seleccionado para disputar el all-star, ahora se levanta de su asiento para silbarle y proferirle improperios indignos de un amante del deporte.
El rendimiento deportivo a nivel individual del sujeto ultrajado, sigue siendo parecido al que le hizo debutar con los mejores en el mes de febrero del pasado año, lo que no ocurre precisamente con el resto de componentes del equipo.
Y es que los motivos que dan lugar a ese visceral comportamiento de los aficionados, pueden ser muy diversos, aunque todos acaban confluyendo en un sentimiento de frustración. Frustración por ver como el único jugador capaz de haber cambiado el histórico rumbo perdedor de su equipo, quiere marcharse en busca de un proyecto deportivo que le ofrezca la posibilidad de luchar por la gloria.
Es el miedo el que atenaza las neuronas de los aficionados, evitando así su normal comportamiento. El miedo a despertar del sueño de haberse convertido en un equipo ganador, porque saben que era él, el que ahora abandona el barco, el único responsable de ese sueño.
Sería lógico identificar a ese jugador con su nombre, pero me cuesta hacerlo porque siento vergüenza al pensar que Pau Gasol, el que les hizo soñar, ha sido abucheado por su afición de Memphis.
Algún día se hará justicia, y por las calles de la ciudad de Elvis, habrá alguien con una barba postiza, esperando una moneda, a cambio de recordarles al que un día les hizo sentirse importantes.”.

Ahora, algo más de cuatro años después, gran parte de los aficionados (en este caso de los lakers), condicionados por una absurda tendencia de los medios estadounidenses a cargar las culpas contra Pau Gasol, vuelven a criticar y a vilipendiar al jugador que ellos mismos habían alentado hace unos meses, reclamando para él su inclusión en las quinielas para ser elegido el MVP de la temporada regular.

Phil Jackson, el gran mito, el coleccionista de anillos de campeón, apenas está siendo criticado. Está por encima de eso. Es el año en que abandona los banquillos una leyenda del baloncesto y los americanos si algo saben hacer bien es cuidar su producto. Debe irse con todos los honores. Y así va a ser.

Kobe Bryant, la estrella del equipo, tampoco está saliendo mal parado. A los aficionados les ha quedado la imagen de un jugador combativo, capaz de sobreponerse a una lesión con tal de poder ayudar a su equipo, aún sin llegar a estar a su mejor nivel. Estos actos heroicos dan para mucho, incluso dan para ser la coartada perfecta a la hora de justificar su incapacidad para ganar partidos en el último tiro.

El resto de jugadores ni han estado ni se les espera. A la prensa no le serviría de nada centrarse en el bajo rendimiento de una plantilla, en donde no destaca ningún otro jugador realmente brillante. Quizás Andrew Bynum por sus esporádicas muestras de dominio en la zona o Lamar Odom por su reciente popularidad televisiva, podrían tener algún mordiente, si fueran criticados y expuestos públicamente ante el pueblo. Pero es mucho más productivo hacer sangre de Pau Gasol.

Ser europeo, blanco y culto, son características ideales para que la prensa americana practique el tiro al plato con él, sabiendo (y aprovechándose de ello) que su educación y su formación van a evitar declaraciones altisonantes que puedan echar abajo argumentos falsos y falacias ideadas para poder tener un cabeza de turco.

El cansino argumento de que no es un jugador duro cayó por su propio peso hace mucho tiempo. Alguien que supera claramente a Dwight Howard o a Kevin Garnett en unas finales de la NBA tiene que ser duro por concepto. Todo lo demás son falacias y opiniones que distorsionan la realidad.

Es verdad que Pau no ha estado a su nivel habitual en el final de temporada, pero lo mismo se puede decir de cualquiera de los integrantes del equipo. Las causas de ese bajo rendimiento probablemente sean diversas. Aunque la prensa estadounidense se esté centrando en temas extra-deportivos, no deberíamos obviar la nula capacidad de los Lakers para hacer llegar el balón a sus hombres interiores, la falta de tiro exterior o la poca aportación de los hombres de banquillo. Pero resultan más llamativas las posibles turbulencias entre parejas que los análisis estrictamente deportivos. Es la servidumbre del business.

Gasol debe ser fuerte. Encontrará las causas y las solucionará. Ya ha pasado por algo parecido cuando en sus años de Memphis le decían que no era un ganador, que no era un jugador en quién pudiera basarse un proyecto. Esos mismos agoreros son los que han repetido por activa y por pasiva estos últimos años, que los lakers habían vuelto a ser un equipo campeón gracias a la incorporación del español. Y ahora vuelven a bajarse del tren para hacerle el único culpable de lo que ha pasado. No hay que hacerles ni caso, no tienen criterio, los ventajistas son así, viven de la carroña, de la oportunidad.

Una nueva participación en el all-star, una temporada con promedio de 18,8 puntos y 10,2 rebotes, y 6 temporadas consecutivas con más de 18 puntos, 8 rebotes y 3 asistencias por partido. Datos objetivos, libres de sectarismos, reales.

Tan reales como la inclusión de Pau Gasol por parte de la NBA en el 2º mejor quinteto de la Liga. Otro logro más. Resulta curioso que el jugador que está siendo sacrificado públicamente, esté considerado como uno de los diez mejores jugadores de la mejor liga del mundo. Me permito la licencia: United States is diferent!

No tengo ninguna duda acerca de Pau. Volverá más fuerte, más listo, más precavido. Cuando vuelva a demostrar todo su talento, será nuevamente agasajado, nuevamente subido a los altares para volverlo a tirar cuando sea necesario. Pero esta vez no lo pasará mal, habrá aprendido. Ahora es él quién ha despertado del sueño y sabe que nunca podrá bajar la guardia. Desagradecidos.

Al igual que hace cuatro años, pienso que algún día se hará justicia, y por las calles de la ciudad de Marilyn, habrá alguien caracterizado de Gasol, esperando una moneda, a cambio de recordarles al que un día entró por derecho propio en la historia de los de púrpura y oro.

martes, 10 de mayo de 2011

FIN DE CICLO PARA LOS LAKERS

Aquí os dejo mi nuevo artículo, sobre el papel de Phil Jackson en la debacle de los lakers,  que me han publicado hoy en www.ultimatenba.com.
                                                                        

Los Lakers han caído. La incapacidad de Phil Jackson para involucrar a los jugadores secundarios en la dinámica ganadora del equipo, ha hecho que para los dos pilares del equipo, Kobe Bryant y Pau Gasol, haya sido un imposible seguir haciendo historia con este grupo. Solo Andrew Bynum y Lamar Odom han aparecido para sumar por dentro en ocasiones puntuales, pero nunca han dado un paso al frente para paliar el mal momento del español.

La plantilla angelina ha sido muy corta toda la temporada, jugadores como Joe Smith, Luke Walton o Theo Ratliff ya se sabía que no contarían en absoluto, pero los que sí debían aportar al equipo y hacerse notar, tales como Shannon Brown, Steve Blake y Matt Barnes, han fracasado estrepitosamente. En esta serie ante Dallas, ha quedado demostrado una vez más, lo imprescindible de una segunda unidad potente para poder luchar por el título, y el banco angelino ha sido infinitamente inferior a los Jason Terry, Peja Stojakovic o Jose Barea.

Una vez consumado el fracaso, todos los titulares de la prensa hablarán de Gasol, aprovechando su sorprendente bajo rendimiento en estos Playoffs, es posible que algunos acusen a Kobe sacando a relucir su nulidad en los finales de partido, pero pocos saldrán dispuestos a poner el acento en el gran mito, en el Señor de los Anillos, el que a mi modo de ver, y a pesar de su gran carrera y de su legendaria historia de ganador, es el máximo responsable del fracaso de estos Lakers.

Phil Jackson ha sido el ejecutor de esta caída, y lo ha sido por su persistente decisión de hacer jugar al equipo sin base y sin alero. Durante la temporada regular, han podido disimular las carencias gracias a grandes partidos de sus dos estrellas, Kobe y Pau, pero en la postemporada han sido puestos en evidencia de forma cruel.

Primero fue Chris Paul quien hizo trizas a Derek Fisher, pasando de promediar en temporada regular 15,8 puntos y 9,8 asistencias a promediar en la serie contra los amarillos, 22 puntos y 11,5 asistencias, con triple-doble incluido. Además mejoró ostensiblemente en sus porcentajes de tiro llegando a un 54,5 % en tiros de dos y a un 47,4 % en triples.

La serie con los Mavericks ha sido aún mas sangrante si cabe, con un Jet Terry en plan estelar y un Barea volviendo literalmente loco al representante de los jugadores en la liga. Terry pasó de promediar un 36,2 % en triples en temporada regular a un 68,4 % en la Semifinales de Conferencia. Simplemente brutal, con un partido final de 9 de 10 en triples para escenificar claramente su papel de ejecutor e igualar un récord en la historia de las eliminatorias por el título. 

En la posición de alero, se ha contado como titular con Ron Artest, un especialista defensivo que teóricamente debía anular al alero rival aún a costa de no aportar prácticamente nada en ataque, aunque en ocasiones, no sólo no aportaba sino que incluso estorbaba. Pues bien, en la serie contra los Hornets, Trevor Ariza también mejoró sus promedios de liga regular de forma ostensible, haciendo inútil el supuesto trabajo defensivo de RonRon.

Pero donde ha vuelto a ser sonrojante la comparación en el puesto de small forward  ha sido en la serie contra Dallas, donde Stojakovic ha promediado más de un 50% en tiros de dos y de tres, con un final apoteósico de 6 de 6 desde los siete metros para acabar con la semifinal.

Derek Fisher ha sido incapaz de defender a cualquiera de los bases rivales, con lo que la sangría de puntos desde esa posición se ha hecho insostenible. Hay que sumar además su poca participación en el juego de ataque, ya que ni anota ni da asistencias. Así pues el base titular del equipo ni defiende, ni anota, ni pasa.
Debe ser muy buen orador en el vestuario, pero habría que preguntarle al maestro Zen por qué los angelinos no han encontrado solución a ese problema en diez partidos de Playoffs.

Ron Artest es otro de esos casos para que responda Tío Phil. Un jugador que juega de "3" en los campeones para únicamente defender y que en la realidad su par siempre acaba haciendo buen partido. A eso hay que sumar su poca anotación y su incapacidad para hacer lo que únicamente le pide su entrenador, molestar lo menos posible en el juego de ataque del equipo.

El resto de equipos que luchan por el anillo, cuentan con 3 jugadores o más que aportan siempre en diferentes facetas del juego o con un banquillo donde los que salen hacen que el equipo no baje en intensidad ni en rendimiento. En estos Lakers sólo Kobe y Pau pueden ejercer de estrellas. Odom y Bynum pueden hacer algunos buenos partidos pero en ningún caso asumen el liderazgo del equipo cuando fallan los jefes. Y eso es lo que ha pasado. Gasol no ha existido y Kobe no ha estado en su mejor momento físico. Ahí es donde el ganador de 11 anillos debía haberse hecho notar, pero esta vez no supo (o no quiso) sacarse nada de la chistera.

Phil Jackson debería haber visto esta situación hace meses y haber trabajado con su equipo para paliar las carencias que iban a salir a relucir de forma evidente en la postemporada. Sin embargo, no sólo no ha conseguido esto último, sino que sus mejores jugadores han llegado desorientados y desunidos, otro punto donde también él es el máximo responsable.

Adios Phil, que disfrutes de tu retiro, HAS SIDO el mejor, pero los árboles han acabado por no dejarte ver el bosque.