jueves, 5 de diciembre de 2013

NEW YORK KNICKS. LA INCAPACIDAD DE UN TRANSATLÁNTICO PARA FLOTAR EN LAS AGUAS DEL ESTE.

Os dejo el último artículo publicado el pasado día 1 de diciembre en mi Sección "Pase Extra" de www.jordanypippen.com. Espero que os guste.



Mal han empezado las cosas para los flamantes Knicks de Nueva York en esta temporada 2013/2014, ya que tras 15 partidos de temporada regular poseen un record de 3 victorias y 12 derrotas, lo que supone un pésimo inicio para un equipo que había acabado la temporada pasada con un balance de 54 victorias y 28 derrotas. Algo a tener en cuenta, ya que no lo habían conseguido desde la temporada 1996/1997.

Tras el salto de victorias que supusieron las 54 del curso pasado y haber llegado hasta las Semifinales de Conferencia donde cayeron ante los Indiana Pacers, se esperaba que esta temporada fuese la confirmación de estos Knicks como uno de los aspirantes a colarse en la Final de una Conferencia Este dominada con mano de hierro por los Miami Heat de LeBron James.

Para ello, han asumido la marcha de ilustres veteranos como Jason Kidd, Kurt Thomas o Marcus Camby, como algo natural dentro de un proceso de renovación del equipo, al que sin embargo ha llegado talento joven desde el draft, personificado en la figura de Tim Hardaway Jr.

Para reforzar la defensa, han conseguido también a un alero físico y aguerrido como Metta World Peace, que estaba disponible tras haber sido amnistiado por los Lakers, mientras que Steve Novak y Chris Copeland, que habían tenido cierto protagonismo la campaña anterior, también han dejado el equipo de la Gran Manzana.

Pero el movimiento mas significativo de la franquicia este pasado verano ha sido la incorporación de Andrea Bargnani. Si bien el rendimiento del italiano estos años atrás no ha sido el que corresponde a todo un número 1 del draft, es indudable que es un jugador que por sus carácterísticas podría venirle muy bien a la fisonomía del equipo. En un grupo donde el gran referente es un alero como Carmelo Anthony, con una tendencia cada vez más pronunciada a jugar cerca de la zona, un 4 abierto como Bargnani podría aprovechar perfectamente ese intercambio de posiciones a que se vería sometido durante algunas fases de los partidos, ya que es indudable que el ex de los Raptors se caracteriza más por ser un tirador que no por pelearse en la pintura.

El posible quinteto de los del Madison Square Garden, no tenía mala pinta al comienzo de temporada. Con Raymond Felton como base titular, Iman Shumpert en la posición de escolta, Carmelo Anthony recuperando su original papel de alero alto, Andrea Bargnani como ala-pivot abierto y Tyson Chandler como pivot de referencia, prometían ser un equipo peligroso en ataque, con la duda de si con esos mimbres conseguirían ser sólidos en defensa. Con Prigioni para aportar su experiencia en los minutos de descanso de Felton, J.R. Smith como sexto hombre, Metta World Peace aportando un plus de defensa a la segunda unidad y esperando que los minutos de Amare Stoudemire y Kenyon Martin fueran suficientemente buenos, el pronóstico de cara a la temporada regular era bastante halagüeno.

Pero precisamente Mike Woodson, la figura que aglutinó la temporada pasada todo el talento individual del que disponía y lo transformó en un equipo, parece que en este comienzo de temporada regular se encuentra perdido en sus planteamientos.

Diferentes lesiones en hombres como Raymond Felton o Tyson Chandler, así como los partidos de sanción que debía cumplir J.R. Smith, le han obligado a tener que irse adaptando sobre la marcha y a tener que reinventar el cinco inicial en varias ocasiones. Pero aún así, no se puede negar que Woodson ha empezado con muchas dudas en la dirección del equipo.

En el partido que abría la temporada en el Madison Square Garden contra los Bucks de Milwaukee, Woodson alineó de inicio a su pareja de bases de confianza, Felton y Prigioni, usando a Shumpert como alero y haciendo que Carmelo Anthony siguiese la estela del curso anterior jugando de 4 abierto, con Chandler como único hombre verdaderamente interior ocupando la zona. Los Knicks ganaron ese primer partido.

Desde ahí, Woodson decidió que Pablo Prigioni saliera desde el banco e introdujo en el quinteto a la flamante incorporación italiana, haciendo que Carmelo volviera a su originario papel de “small forward” y dejando a Bargnani como pareja de Tyson Chandler, hasta que este último cayó lesionado en el cuarto partido de la temporada.

A partir de ese momento, Woodson parece haber entrado en una espiral de probaturas que han hecho que el equipo no haya encontrado todavía el camino a seguir. Con la lesión de Chandler, la primera solución del entrenador ha sido que Bargnani ocupara su sitio, bien jugando con dos bases, con la vuelta de Prigioni al quinteto, o bien con la vuelta a los terrenos de juego de J.R. Smith directamente como escolta titular, desplazando a Shumpert a la posición de alero y a devolviendo a Carmelo a la posición de 4 abierto.

Mientras tanto, las derrotas han ido llegando y la sensación de barco a la deriva ha ido creciendo. Aunque más que de un barco, podríamos hablar de un transatlántico, si tenemos en cuenta que los New York Knicks son el segundo equipo de la liga que mas paga en salarios tras sus vecinos de Brooklyn.

Pero como todo lo que va mal dicen que puede ir peor, tenía que llegar una inoportuna lesión de Raymond Felton para que “Coach” Woodson perdiera definitivamente el norte que no había encontrado en toda la temporada. Con su base titular fuera de combate, decidió darle esos galones al esloveno Beno Udrih. Pero además sintió la necesidad de darle un par de vueltas de tuerca a la rotación, por si aún no había sido suficiente. En ese ataque de entrenador, y obligado por la necesidad imperiosa de empezar a ganar partidos, Woodson ha vuelto a hacer una serie de ajustes que parecen los definitivos hasta el momento. J.R. Smith vuelve a salir desde el banquillo recuperando el rol de la temporada pasada y Kenyon Martin ha ocupado el sitio que había dejado Tyson Chandler, haciendo que Andrea Bargnani pase a jugar como cuatro y Carmelo vuelva a la posición de alero. Mención especial para el italiano, que sorprendentemente ha hecho mejores números de los esperados, pero es indudable que adolece de esa consistencia física de la que hace gala “Bruto” Martin en la posición de pívot.

Y toda esta ensalada de entradas y salidas en el quinteto inicial, del que a pesar de un rendimiento más que discreto nunca ha salido Iman Shumpert, ha estado salpicada con aportaciones esporádicas de un Amare Stoudemire que quiere y no puede volver a ser el de antes, con un Metta World Peace bastante desdibujado y con un Tim Hardaway Jr. mas preocupado por el momento de destacar a nivel individual que de servir realmente al equipo. Cosas de rookies...

En definitiva, un sinfín de cambios en la rotación, por unas causas o por otras, que ha llevado a los Knicks a tener un record de victorias y derrotas impensable a estas alturas de la temporada y que hace obligado replantearse seriamente el presente y el futuro de la franquicia.

Y no hay duda de que el presente se antoja bastante negro. Un equipo con la inversión de estos Knicks y con un jugador como Carmelo Anthony abanderando el proyecto, tiene que tener como objetivo luchar por el anillo. Y es evidente que eso ahora mismo es imposible. Y no sólo por el mal comienzo de temporada, que también, sino por que a nadie se le escapa que este equipo sería un juguete en manos de los grandes tiburones del Este como Miami e Indiana. Y con un recorrido hacia el título capado de antemano y los salarios desorbitados que tiene que pagar, se ha convertido en un proyecto caduco que se hundirá cada vez mas en las aguas del Este por cada minuto que pase sin que tomen la decisión de ejecutar una reconstrucción total.

Porque esa reconstrucción tiene que ser esta misma temporada si quieren tener una mínima oportunidad de volver a la élite en un plazo de tiempo medianamente corto. Y hay muchos argumentos que refuerzan la necesidad de esa inmediatez.

Uno de ellos es la fantástica camada de jugadores jóvenes que pueden estar disponibles en el próximo draft. Y por suerte o por desgracia, New York está ahora mismo en disposición de optar a alguno de esos proyectos debido al pésimo record con el que han empezado. Todo es cuestión de si están dispuestos desde la zona noble del Madison a seguir los pasos necesarios en forma de traspasos para favorecer el escenario de un presunto “tanking”...

Otro argumento de peso reside en la gigante figura de Carmelo Anthony. Con 29 años y con la posibilidad de ser agente libre el próximo verano, dudo mucho que opte por seguir en un proyecto sin rumbo y limitado en lo económico para involucrar a nuevas piezas que pudieran hacer al equipo mas competitivo. Carmelo se encuentra ante su último gran contrato por el máximo y sabe que el tiempo se le acaba. Mientras compañeros de su misma generación y estatus adornan sus manos con varios anillos, él aún no ha encontrado el sitio que le permita luchar por él de forma clara. Y los Knicks no están en disposición de ofrecérselo a corto plazo.

La decisión es dolorosa pero necesaria. Carmelo debe salir traspasado en febrero para que los Knicks consigan a cambio talento joven o rondas del próximo draft. No lo tendrán fácil, pero también puede haber equipos importantes sin margen para ficharlo como agente libre, que sin embargo estén dispuestos a un traspaso a cambio de jugadores que acaben contrato y liberen espacio salarial. No aportarían sangre joven pero siempre suele haber buenas oportunidades en el zoco de la NBA.

Y llegados a este punto, es evidente que jugadores de calidad y con salarios asumibles como los de Andrea Bargnani, J. R. Smith o Raymond Felton, no serían difíciles de colocar en el mercado. Más complicado sería el salario de Tyson Chandler, pero un “Center” de su nivel siempre es bienvenido en un “contender” y no tendría que haber mayores problemas para sacar a cambio algo interesante.

Incluso el último año de contrato de Stoudemire puede convertirse en un “expiring” mas que interesante para algún equipo en las profundidades de la clasificación que no se vea favorecido en el draft, pero sería una solución mas probable de cara a a febrero de 2015.

Es cierto, que si los New York Knicks ejecutan el proceso que lleve a la reconstrucción total, el equipo deportivamente hablando se convertirá en un solar, como vulgarmente se dice, pero quién dice que no lo es ahora mismo...

Con un poco de suerte en el draft y una buena gestión en los despachos, punto este último que nunca está asegurado cuando se trata de los Knicks, en el mítico Madison Square Garden podrían volver a ilusionarse antes de lo que parece con volver a meterse en la pomada. No olvidemos que New York, siempre ha sido un lugar muy atractivo para los agentes libres y los propietarios de la franquicia han demostrado en mas de una ocasión, que si bien en lo deportivo tienen carencias, a la hora de pagar lo hacen muy bien.

Los barcos están hechos para navegar aunque a veces queden embarrancados cerca de la orilla. Se trata de tener suerte con la tripulación y que el capitán acierte en sus decisiones durante la tormenta. El transatlántico de los Knicks sin duda llegará a buen puerto, pero necesita hacer escala para avituallarse y enrolar en su tripulación a nuevos marineros. Y que el viento les lleve...

PASE EXTRA: Lionel Hollins se encuentra sin equipo tras hacer una muy buena labor con los Memphis Grizzlies. No sé si tiene las credenciales para ser Capitán de barco pero siempre se le podría preguntar...


LOS ANGELES LAKERS. TRAS LA TEMPESTAD LLEGA LA CALMA.

Os dejo el último artículo publicado el día pasado 12 de julio en mi Sección "Pase Extra" de www.jordanypippen.com http://jordanypippen.com/index.php/masbasket/pase-extra/item/2045-los-%C3%A1ngeles-lakers-tras-la-tempestad-llega-la-calma . Espero que os guste.
 

En plena vorágine de firmas y confirmaciones de traspasos, el ruido provocado por la marcha de Dwight Howard a los Houston Rockets se va apagando conforme van pasando los días.

El gran pívot voló, dejando huérfana la zona de los glamurosos Lakers, o al menos, eso parece por el momento.

El famoso equipo de Los Angeles, se encontraba en una difícil encrucijada: renovar por muchísimo dinero (demasiado) a alguien, que como dijo hace poco Steve Kerr, es un All-Star, un gran jugador, pero no puede ser considerado como una superestrella, o bien, dejar escapar sin hacer siquiera una oferta al considerado actualmente como mejor pívot de la competición (gracias a la mala cabeza de un tal Andrew Bynum...).

Los Lakers hicieron lo correcto, al menos, de cara a la galería. Ofrecieron el máximo contrato posible al jugador y se pusieron a la espera.

Una espera, con muchísima repercusión mediática, en la que si bien la organización se ha volcado a nivel publicitario para convencer al jugador (hecho incluso reseñado por su compañero Pau Gasol), no parece haber calado en el ánimo de Howard, con el desenlace ya sabido por todos.

En este proceso de cortejo, donde todas las franquicias sacan la artillería pesada para convencer al jugador, ayudándose de viejas glorias, videoconferencias, dádivas y otras menudeces, también los angelinos se ayudaron de su gran capitán. Kobe Bryant a la cabeza, cumplió con su papel de líder intentando convencer al bueno de Dwight para que siguiera en el equipo, aunque no sé si su verdadera intención era esa o la contraria.

La interpretación de sus mensajes, inevitablemente subjetiva, ha acabado creándome una impresión personal formada tras leer algunas de las declaraciones con las que Kobe Bryant “intentaba” convencer a Howard para que siguiera en el equipo. Y es que durante estos días, el escolta y líder de los Lakers ha manifestado su deseo y convicción de seguir compitiendo al máximo nivel al menos los próximos tres años (alejando los fantasmas de la retirada) y se ha ofrecido públicamente a “enseñar” a Dwight Howard a como ser un líder para estos Lakers.

Desde luego, y vuelve a ser una impresión personal desde la lejanía, no sé si ese era el mensaje que Howard quería oir, aunque los rumores acerca de que una de las imposiciones del pívot para renovar era la amnistía de Bryant, van creciendo.

Pero Howard ya es historia en Los Angeles. Y ahora toca planificar la temporada 2013/2014 y las siguientes. Es el momento de que Mitch Kupchak se gane el sueldo... o de que lo deje de ganar definitivamente.

Y es que ahora que Phil Jackson ha vuelto a la organización como “asesor”, su sombra es mas alargada que nunca.

La plantilla que tiene ahora mismo Mike D'Antoni entre manos, no es ni de lejos una de las mejores de la liga, ni tan siquiera de la Conferencia Oeste, y menos con un Kobe Bryant imposibilitado para comenzar la temporada y con las dudas lógicas de su total recuperación.

Pero parecen dispuestos a hacer un EQUIPO en el verdadero sentido de la palabra. Ya que el físico y las lesiones están haciendo que los jugadores integrantes de los Lakers dejen de ser una referencia en la liga individualmente hablando, parece que quieren poner el énfasis en la elaboración de un grupo con buena química (vuelvo a parafrasear una declaración de Kobe) y sentido de juego colectivo.

De ahí las noticias dando por hecho la llegada de Jordan Farmar e incluso de Lamar Odom al equipo, y la nueva adquisición de Chris Kaman, un jugador interesante por tamaño y conocimiento del juego.

También está siendo muy comentada la posible amnistía de Metta World Peace. Quizás no sea el mejor momento para utilizar ese recurso, ya que es parte del núcleo del equipo y uno de los pocos jugadores (por no decir el único ahora mismo) que puede jugar en la posición de alero. Pero con el nuevo convenio mantener en el equipo al que una vez fuera conocido por Ron Artest, conllevaría un desembolso económico muy superior al rendimiento real del jugador en la pista.

Así pues, la temporada venidera se antoja difícil para los Lakers, pero con jugadores como Kobe Bryant, Pau Gasol o Steve Nash, a buen seguro que el orgullo de demostrar al mundo que estaba equivocado, puede hacer que su rendimiento final supere las expectativas creadas... si D'Antoni no lo impide.

Un posición, la del entrenador, mas comprometida aún si cabe, que la de la temporada pasada. Con el recuerdo en la memoria de la mala gestión que realizó con la plantilla anterior, se encuentra sin su principal referente interior, con su estrella impedida, con nuevos jugadores más afines a Kobe y Pau (si finalmente llegan), y con la figura de Phil Jackson planeando por el Staples Center.

Steve Nash, Kobe Bryant, Jordan Farmar, Jodie Meeks, Steve Blake (si no es traspasado), Pau Gasol, Jordan Hill, Chris Kaman... parecen buenos jugadores a los que sumar alguna pieza más, para conseguir el objetivo mínimo de esta nueva temporada: competir y sentar las bases del futuro.

Un futuro, que pasa por renovar a Kobe Bryant y Pau Gasol (no será difícil hacerlo por bastante menos dinero del que cobrarán esta temporada) y conseguir uno de los grandes agentes libres del verano que viene, entre los que están LeBron James o Carmelo Anthony como grandes atractivos.

Debido a que sólo Steve Nash llegará con contrato a la temporada siguiente, contarán además del margen suficiente para completar el equipo con varios jugadores de nivel medio que aporten esas piernas jóvenes que tanto han necesitado últimamente.

No tengo ninguna duda de que Kobe Bryant será capaz de volver a un muy alto nivel (aunque sólo sea por su orgullo). Como tampoco tengo ninguna duda, de que un jugador como Pau Gasol, motivado y sintiéndose valorado, puede ser el mejor tercer hombre dentro de un equipo campeón, aportando su IQ y su conocimiento del juego. Y tras Kobe y Pau, faltaría la incorporación de una estrella preferiblemente para la posición de alero: LeBron, Carmelo… veremos lo que nos depara la temporada 2014/2015.

De momento, Phil Jackson observa. Y tiene todo un año para descansar... y prepararse.


PASE EXTRA: Me permito el lujo de citar a Aleksandr S. Pushkin (La Hija del Capitán) para ilustrar a éstos Lakers. Con perdón.

Más vale quedarse aquí y esperar, a lo mejor se calma la tormenta y se despeja el cielo, y entonces podremos encontrar el camino por las estrellas.”.


 

sábado, 2 de febrero de 2013

RICKY RUBIO... Y LAS DIFICULTADES DE TENER QUE SER UN GENIO A TIEMPO COMPLETO

Os dejo el último artículo publicado el día 23 de enero en mi Sección "Pase Extra" de www.jordanypippen.com (http://jordanypippen.com/index.php/masbasket/pase-extra) . Espero que os guste.
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El 9 de marzo de 2.012 se nos heló un poco el corazón a todos los aficionados al baloncesto. No importaba nuestra nacionalidad, nuestra predilección por un determinado equipo, nuestra forma de entender el deporte... Todos vivíamos algo excitados por el soplo de aire fresco que había entrado en la liga con la llegada de Ricky Rubio. Y en aquel partido contra los Lakers, cuando se echó mano a la rodilla... nos dolió a todos.

Aquellas primeras horas se vivieron entre la esperanza de que la lesión no fuera muy grave y la pesadumbre de las noticias que iban llegando, que lamentablemente confirmaban las peores noticias.

Después, periódicamente, se iban conociendo las diferentes consecuencias del infortunio: no volvería a jugar durante la temporada, se perdería los Juegos Olímpicos de Londres, etc, etc. Sólo el jugador y sus seres queridos saben el sufrimiento y el esfuerzo que le habrá costado superar estos meses.

Pero dicen que no hay mal que cien años dure. Y nueve meses después llegó el momento de reaparecer como jugador en un partido contra los Mavericks, donde el único y absoluto protagonista del evento fue Ricky Rubio y su retorno a las canchas después de su grave lesión de rodilla.

Había dudas, claro. Supongo que para él y su gente, para su cuerpo técnico, para sus compañeros... pero también para los aficionados.

Y el tiempo se paró. Parecía que aquellos nueve meses no habían pasado. De repente, entre una espectacular ovación, Ricky entraba en el partido mientras se desataba en las gradas una ilusión como sólo las generan los genios.

Porqué así ve la gente a Ricky. Como a un genio. Sí, parece algo excesivo, quizás. Pero cuando hablamos de un tipo que vuelve tras nueve meses de lesión, y en sólo unos minutos consigue hacerse con el ritmo del partido, con el liderazgo de sus compañeros y con el alma de la gente, los calificativos deben acercarse a ese.

En aquel partido del 15 de diciembre de 2.012, el del retorno tras su convalecencia, estuvo especialmente lúcido. No sólo hizo lo que mejor sabe hacer, repartiendo 9 asistencias en tan sólo 18 minutos de juego, sino que muchas de ellas levantaron a la gente de sus asientos, generando de nuevo una ilusión contagiosa en los aficionados.

Y no sólo en ellos. Desde ese momento, la maquinaria mediática de la NBA volvía a fijarse en aquel chaval que generaba highlights en cada partido.

De nuevo, la atención era máxima. Y la exposición también.
Y esa sobreexposición que ha hecho que se convirtiera en uno de los fenómenos mediáticos de la NBA, es la misma que ahora puede cavar su propia tumba en la liga si no consigue abstraerse de ella.

Ricky ha vuelto, sí. Pero necesita un tiempo de adaptación que a nivel mediático no va a tener.

Tanto los aficionados como los medios están deseosos de volver a ver aquellas asistencias imposibles que quedaron en la retina. Asocian a Ricky con el espectáculo y con actuaciones estelares cada noche.

Pero eso es imposible, al menos de momento. No va a ser fácil. Ricky les ha acostumbrado muy mal... o demasiado bien. El problema es que justamente eso es lo que esperan de él. Y tendrá muchas dificultades por ello.

Esta misma temporada, ya ha tenido actuaciones en varios partidos que podrían calificarse de buenas, en los que ha hecho funcionar el equipo y que sin embargo han pasado desapercibidas al no haber producido ninguna jugada susceptible de ser incluida en los resúmenes nocturnos. Esos highlights que tanto le han dado, pueden acabar ahora perjudicándole.

Tampoco le está ayudando la plaga de lesiones de hombres importantes que están sufriendo los Timberwolves, lastrando enormemente el record del equipo y haciendo que los compañeros de viaje en este retorno no sean los mejores. Muchos de ellos se han encontrado con más minutos de los esperados, pero ni tienen la calidad de los ausentes ni asumen su protagonismo, con lo que la presión sobre Ricky está siendo mayor de la deseable en estos momentos.

Y eso está haciendo que se exija cada noche más de lo que debería. Se le está viendo tenso cuando la jugada no acaba desarrollándose como él imagina o cuando falla varios tiros seguidos. Incluso ha llegado a golpear el suelo en alguna ocasión tras perder un balón disputado, fruto de la impotencia y de la frustración de no poder ofrecer al aficionado su mejor versión.

Una versión mejorada que el aficionado ha interiorizado como habitual y que demanda cada noche, sin importarle las circunstancias que rodean a su jugador. Una versión que, tras un breve período de condescendencia influida por la lesión, le van a exigir que empiece a recobrar cuanto antes mejor.

El aficionado al deporte suele tener un punto de crueldad escondido, que no duda en sacar al exterior desinflando mitos y creando otros nuevos con una facilidad fagocitadora que suele llegar siempre antes de lo debido. Y Ricky, no lo olvidemos, no es más que un jugador europeo que aún debe asentarse en la liga. Aunque el impacto que ha producido en la competición le da cierto margen de maniobra y la lesión haga que se tenga algo más de paciencia con él, ésta no será ilimitada. Desde luego que no.

A pesar de ello, Ricky tiene derecho a ser en ocasiones simplemente un buen jugador. Tiene derecho a ser sólo un base que haga jugar a su equipo mejor, un base que marque el ritmo del juego, un base que esté entre los mejores pasadores de la liga. Pero ha puesto el listón muy alto y no se lo van a dejar bajar. No basta sólo con eso.

Pero necesita tiempo, sentirse cómodo y sobre todo volver a confiar en su rodilla. Hace unos días el propio Ricky hizo unas declaraciones en las que manifestaba que aún le dolía bastante, algo por otra parte, que parece ser normal en lesiones de este tipo.

Como también parece normal, que a estas alturas de la recuperación tenga tan bajo porcentaje de tiro. Desde su vuelta, está promediando un 22,9 % en tiros, porcentaje ridículo para un jugador de su posición. Esa puede ser una de las causas de que su rendimiento no esté siendo tan espectacular como se esperaba. Los rivales le flotan y cierran la defensa, haciendo mucho más difícil las penetraciones y dificultando las líneas de pase. De ahí que la mayor parte de las asistencias de Ricky esta temporada, suelen ser al hombre abierto para un tiro exterior o remontando la línea de fondo para desajustar la defensa y encontrar al hombre que entra por el centro de la zona.

Ricky no ha sido nunca un buen tirador, y ahora con su confianza minada y con la presión de querer recuperar el tiempo perdido, menos aún. Pero debe continuar tirando... y fallando si es necesario. Lo peor que podría hacer es renunciar a esa faceta del juego por inseguridad. La NBA no perdona a los cobardes.

Debe concentrarse en recobrar sensaciones, en jugar cada vez más minutos para ir perdiendo el miedo y dejar transcurrir la temporada sin intentar grandes alardes. Incluso me atrevería a decir que para Ricky sería beneficioso que los Timberwolves no entraran finalmente en Play-Offs (cosa más que probable con la baja de Kevin Love). Si lo hacen, lo harían con un equipo poco competitivo para poder luchar en la post-temporada y con la seguridad de caer en primera ronda, tras un esfuerzo tan grande como infructuoso.

Si Ricky continúa jugando hasta el mes de abril, se encontrará en verano con una situación idónea para de verdad afrontar con garantías la temporada más importante de su vida, la 2013/2014. En la época estival habrá pasado ya año y medio desde su lesión con lo que debería encontrarse, entonces sí, cerca de su plena recuperación. Vendrá de una temporada en la que tras mantener el ritmo competitivo durante cuatro meses, tendría tiempo para mejorar su tiro, aspecto que se antoja fundamental para convertirse en una amenaza y provocar los espacios que requiere su juego. Y finalmente, podría recobrar sensaciones y calibrar sus mejoras en el mes de septiembre, si decide acudir al EuroBasket de Eslovenia con la Selección.

Ricky está superando su grave lesión en los plazos establecidos por los médicos, pero ahora le queda por delante un largo camino lleno de dificultades, que si bien es diferente, no es menos difícil de lograr: Convivir con la exigencia de ser un genio a tiempo completo.