lunes, 10 de diciembre de 2012

EL PASADOR COMO LÍDER. TIEMPO DE BASES, TIEMPO DE PASES


Os dejo mi nuevo artículo publicado en la Sección "Pase Extra" de
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Estamos habituados a que las grandes figuras del deporte de la canasta suelen ser aquellos jugadores que más anotan, aquellos que acaban las temporadas con el más alto promedio de puntos por partido y que se convierten en los grandes iconos de la competición.

Suelen ser deportistas con grandes dosis de individualidad en su juego y acostumbrados a tener carta blanca para decidir en cualquier momento del partido. Para eso son las estrellas, los más reconocidos, los ejecutores. Faltaría más.

Pero en la gran mayoría de casos, este tipo de jugadores con conductas individualistas, no consiguen que su equipo, su organización en definitiva, consiga el objetivo último de ganar campeonatos. No lograrán el triunfo si no se apoyan en un grupo, en un colectivo, que tendrá más posibilidades de éxito cuanto más cohesionado y comprometido esté.

Hay muchos ejemplos a lo largo de la historia de como grandísimos profesionales han sido incapaces de ganar en sus respectivos campos hasta que no se han rodeado de un grupo de compañeros que aportaran soluciones colectivas a las dificultades que se presentaban en cada momento.

Todo grupo necesita un catalizador, un sujeto que facilite la conexión entre los diferentes elementos del conjunto. Ésto ocurre tanto en el terreno del deporte como en el mundo empresarial. Y así se está dando también, cada vez más, en el terreno de las redes sociales, donde existen verdaderos profesionales encargados de conectar personas, ideas, recursos que en definitiva repercuten positivamente en el objetivo final.

La figura que aglutina en esencia todas esas cualidades si hablamos de un deporte como el baloncesto, es sin duda el jugador que desarrolla la función de base, encargándose de marcar el ritmo del partido, de elegir en cada jugada la mejor opción, de ser en definitiva el líder en la cancha que su equipo necesita, llegando a ser una extensión del entrenador.

Y hoy en día, nadie representa mejor el papel de líder como el base pasador.

Jugadores como Steve Nash, Rajon Rondo o la irrupción durante la temporada pasada de Ricky Rubio, representan a la perfección el papel de líder desde sus funciones de pasador, facilitando el juego y haciendo mejores a sus compañeros. Consiguiendo en la práctica, que el GRUPO sea más que la suma de sus ELEMENTOS por separado.

Tanto en el caso del jugador de los Celtics como en el de Ricky, se da la circunstancia de que ninguno de los dos son grandes anotadores ni tienen especialmente buenos porcentajes de tiro, hándicaps que no evitan que sean los verdaderos responsables del éxito de sus equipos cuando están en pista, haciendo partícipes a sus compañeros y sabiendo en cada ocasión que es lo más conveniente para conseguir ventaja en el juego, acentuándose así la dimensión que adquieren dentro del grupo.

Un grupo, por poner otro ejemplo, que como en el caso actual de Los Angeles Lakers, aún disfrutando del mejor anotador de la competición, se queda huérfano al no poder contar con el liderazgo y la generación de juego que les aporta un Steve Nash, que apenas ha podido empezar la competición por caer lesionado.

En los últimos años, vemos como ha ido creciendo una tendencia en las diferentes franquicias de la NBA, habiéndose desplazado paulatinamente el papel principal que protagonizaban los grandes pívots o aleros de la competición, hacia la búsqueda de nuevas estrellas encarnadas en el papel de base, siendo habitual que jugadores como Chris Paul, Derrick Rose o Deron Williams se lleven gran parte de la atención que genera la competición.

Otros, aún en el camino de convertirse en estrellas, como John Wall, Kyrie Irving o el recién llegado Damian Lillard, soportan sobre sus espaldas la ilusión que han depositado en ellos, tanto las diferentes organizaciones que confiaron en su talento como las respectivas aficiones que reconocen en ellos la figura del líder que debe aglutinar al equipo y llevarles a cotas más altas.

Y es normal que ésto sea así.

Cada vez más, en nuestra Sociedad y en las diferentes organizaciones que la integran, se ha instaurado la idea, acertada bajo mi punto de vista, de que el modo más probable de conseguir el éxito es reforzando la idea del esfuerzo colectivo por encima del individual.

Y en el baloncesto actual, como un reflejo de la vida misma, la figura que consigue aglutinar a su equipo facilitando la conexión entre los diferentes elementos del grupo, se erige realmente como el verdadero líder para cada uno de sus compañeros, aunque no siempre los focos recaigan sobre ella.

En estos tiempos de cambios es necesario que los encargados de llevar adelante cualquier tipo de proyecto sean capaces de sacar lo mejor de cada integrante de su equipo de trabajo, y por eso ahora mismo, en el baloncesto profesional, nos encontramos ante un nuevo escenario. Es tiempo de bases. Tiempo de pases.


PASE EXTRA: Dos de los equipos emergentes de la NBA son por derecho propio los renovados Clippers y los nuevos Nets de Brooklyn. ¿Conseguirán Chris Paul y Deron Williams realizar con éxito su función catalizadora siendo al mismo tiempo el centro mediático de sus equipos? ¿O caerán bajo el influjo del individualismo?





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