martes, 30 de agosto de 2011

LOS DOCE DEL PATÍBULO

Y por fin... Lituania.

Después de una larga preparación, por fin los integrantes de nuestra Selección han llegado a tierras lituanas dispuestos a conseguir la medalla de oro en el Eurobasket o como mal menor, poder obtener el pasaporte a los Juegos Olímpicos de Londres. Para la inmensa mayoría de expertos y aficionados, la delgada línea que existe entre el éxito y el fracaso acaba en esa final, pero hay mucho trabajo y muchas horas de esfuerzos anónimos que no verán la luz ni se tendrán en cuenta una vez finalizado el campeonato.

No debe ser fácil hacer encajar a doce jugadores distintos, doce personalidades diferentes con sus respectivas manías y fobias, que a su vez tienen que adoptar un rol muy determinado en bien del colectivo aunque eso signifique su sacrificio personal.

Bien haría Sergio Scariolo si dedicara un par de horas a fijarse en como el Mayor Reisman entrenaba y se ganaba la confianza de sus muchachos en “DOCE DEL PATÍBULO”, la fantástica película dirigida por Robert Aldrich en 1.967, en la que Lee Marvin dignifica la condición de actor interpretando al militar que entrena a un grupo de presidiarios con el objetivo de asaltar un castillo lleno de oficiales alemanes.

En la película, una docena de tipos sin ningún tipo de entrenamiento militar, encarnados entre otros por Charles Bronson (Joseph Wladislaw), un magistral John Cassavetes (Victor Frankie), Donald Sutherland (Vernon Pinkley) o Jim Brown (Robert Jefferson), deben recibir instrucción por parte de Lee Marvin (Mayor Reisman), un oficial criticado y con mala prensa dentro del cuerpo, que se ve obligado a prepararles para entrar en combate.

Como el Mayor Reisman, Sergio Scariolo tiene la misión de entrenar y sacar el máximo provecho a doce tipos en una misión de alto riesgo. En la película, este riesgo es máximo, al igual que en Lituania, ya que si se fracasa no perderán la vida pero sí el billete directo a los Juegos Olímpicos. Y puede que el entrenador italiano pueda perder algo más, ya que como le pasa al personaje de Lee Marvin, empieza a tener detractores y no son pocas las voces críticas sobre su labor al frente del equipo. No obstante, Scariolo no tiene a sus órdenes a doce tipos cualquiera, sino a doce jugadores de primer nivel, entre los cuales figuran algunos de los mejores de Europa.

Siguiendo con los paralelismos, podemos identificar a Juan Carlos Navarro con el personaje de Wladislaw que interpreta Charles Bronson, el crack silencioso que acompaña a Reisman. Marc Gasol tiene la corpulencia que ofrece Jim Brown a su personaje de Robert Jefferson, sacrificando su fuerza y su tamaño en beneficio del grupo. Y Rudy Fernández podría tener ese punto rebelde y algo irreverente que le da John Cassavetes al personaje de Victor Frankie. Incluso la timidez y el apocamiento del que hace gala Donald Sutherland en su papel de Vernon Pinkley, podría identificarse con el poco protagonismo al que parece abocado un Víctor Claver que no acaba de encontrar su sitio en esta Selección.

Lee Marvin en su papel del Mayor Reisman, consigue que doce individuos sin aparentes habilidades bélicas conformen un grupo homogéneo y eficaz, capaz de llevar a cabo con éxito la misión encomendada. Y ésto lo consigue con autoridad y disciplina, pero sobre todo, ganándose la confianza de sus hombres, demostrándoles que es uno de ellos, sabiendo cuando dejarles libertad de acción y confiando en su capacidad de decisión ante las adversidades (la secuencia en la que se infiltran en territorio enemigo durante unas maniobras es magnífica).

Y es en este punto donde Scariolo debería sacar más conclusiones de su incursión cinéfila. En la fase final del Eurobasket de 2009, “parece” que surgieron algunas discrepancias en la forma de encarar los partidos por parte de los jugadores y éstos le hicieron ver la conveniencia de contemplar otras perspectivas en el juego del equipo. Scariolo no debe “Vencer” sino “Convencer” a sus hombres de su filosofía y ser capaz de confiar en un momento dado, en la calidad y en la improvisación de unos jugadores que han demostrado sobradamente su compromiso y su gen ganador.

La dificultad es máxima. En un campeonato de estas características lo recomendable es aprovechar algunos partidos que se presumen fáciles para poder dar minutos a todos los jugadores y hacer que se sientan dentro de la dinámica del grupo la mayoría de ellos. Pero no siempre es fácil. Puede haber sorpresas o partidos que se complican y tener que sortearlos con la ayuda de los teóricamente titulares haciendo que acumulen minutos y planteando dudas al resto de la plantilla. Aquí es donde Sergio Scariolo tiene que tener la cabeza fría. Debe lograr un equilibrio difícil de conseguir: hacer que el equipo gane y conseguir a su vez que cada componente del mismo se sienta lo suficientemente importante como para rendir al máximo en cualquier momento. Nunca se sabe.

Otra escena memorable de la película es cuando todos se enfrentan al Mayor Reisman por la ausencia de agua caliente para afeitarse. Lo que parece un problema de disciplina, el Mayor lo toma como un gran logro: han conseguido tener sensación de grupo, se han unido los doce como un sólo hombre en contra de un objetivo común. Ese es el camino.

Scariolo lo tiene más fácil que el sufrido Reisman. Este equipo si algo tiene a prueba de bombas es su identidad como grupo. Saben que la suma de todos resulta mayor que la de cada uno de ellos por separado. La triste circunstancia que le ha tocado vivir a Felipe Reyes no habrá hecho sino reforzar esa unión y ese compromiso colectivo. El entrenador italiano sólo debe preocuparse por no estropearlo. No debe ser intervencionista sino guiarles, convencerles, conseguir que lo acepten como uno más. Pero si eres un entrenador de prestigio internacional y tienes en tus manos una batería de excepcionales jugadores, la tentación de manejar ese potencial a tu antojo debe ser elevada. Del control que ejerza ante sus posibles ataques de entrenador y de su inteligencia dependerá buena parte del éxito de la Selección en este Eurobasket.

Seguramente no seré el primero ni tampoco el último en inspirarme en esta película para encontrar un cierto paralelismo con nuestra Selección. Pero no he podido resistir al deseo de hacerlo. Es que incluso en las máximas instancias podemos encontrar un claro ejemplo de esas similitudes. Un Presidente de Federación como nuestro singular José Luis Sáez, no podía verse mejor reflejado que en el socarrón personaje del General Worden interpretado por un gran Ernest Borgnine, quién desde su distinguida autoridad disfruta con la evolución de sus muchachos.

Esperemos que todos los actores de este Eurobasket logren realizar una de sus mejores interpretaciones y consigan un sitio en la historia del baloncesto europeo tal y como lo ha hecho la película “DOCE DEL PATÍBULO” en la historia del cine bélico.




6 comentarios:

  1. Qué curioso. He llegado a tu blog vía twitter y precisamente yo había "parodiado" una de las escenas (más bien la escena) más recordadas de la película en mi blog. http://individualozona.blogspot.com/2011/08/los-doce-de-lituania.html

    Estoy muy de acuerdo con los paralelismos establecidos. Me ha gustado mucho tu reflexión. Te añado al blogroll de mi blog. Un saludo.

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  2. De acuerdo con Juan José, gran reflexión.

    Saludos.

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  3. Muy buena entrada amigo... Alguien duda ya a dia de hoy en la autogestión de la selección?
    Alguien duda que Scariolo no pinta nada?
    Ciertos jugadores saben que no tienen que hacer nada para estar seleccionados.
    Y para que sirve entonces la temporada realizada para nada, verdad? Según comentan desde la FEB sirve más los dias de concentración, que salvavidas más grande para algunos jugadores que no han rascado bola durante la temporada.
    etc etc etc

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  4. Gran entrada, todo lo que relacione nuestro amado baloncesto con el cine, merece todas nuestras alabanzas.

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  5. Buen post, me ha gustado mucho, y aquí te dejo mi blog para que lo veas a ver si te gusta: http://baloncestodealfonso.blogspot.com

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  6. hola.me ha encantado.tu metafora o pararelismo de la peli al basquet ha sido muy buena-yo tambien soy de utilizar mucha metafora o paralelismos-.sabes que te sigo desde el comienzo de tu blog,tu esencia creo que es la misma a la hora de escribir tus articulos,pero me da la sensacion que ahora te los curras mucho mas,son todavia mas chulos.algun dia espero hacerte una critica dura pero de momento no he encontrado el dia o el articulo.saludos.mona

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