domingo, 2 de octubre de 2011

DIÁLOGOS DE MADRUGADA


Madrugada. Noche cerrada y luces apagadas en la casi totalidad de las ventanas cercanas. Se abre la puerta del comedor y se vive una escena entre un padre y su hijo. Intercambian unas palabras amortiguadas por el sueño:

-¿Pero que haces aquí a estas horas? ¿No tienes que ir mañana a trabajar?
-Sí, pero es que están dando un partido tremendo de la Conferencia Oeste y lo quería ver.
-Pero mañana vas a estar hecho polvo!
-Ya, pero es que... no pasa nada, cuando venga me echo una siesta y ya está.
-Desde luego... no es normal que pierdas horas de sueño por ver un partido, lo podías grabar y verlo tranquilamente mañana cuando vengas a casa.
-Ya, pero no es lo mismo. Además, seguro que algún compañero me dice el resultado y me fastidia el invento.
-Tu mismo, ya eres mayorcito, pero a mí no me parece normal.
-Hablas así porqué a ti no te gusta la NBA.
-Sí que me gusta, pero me parece una locura que duermas sólo 2 o 3 horas por ver un partido.
-¿Pero tú sabes lo que yo disfruto?
-Disfrutarás mucho, pero al final vas a caer malo.
-No hombre, no. Al revés, a mí ésto me sirve de relajación. Me hace bien.
-Tu sabrás Papá. Yo me voy a dormir que sino mañana no me entero de nada en clase.
-Tú te lo pierdes. A ver si te animas y te quedas alguna noche conmigo.
-¿Yo?, que va! Todavía no estoy tan loco. Como se levanté Mamá te la va a liar. Buenas noches.
-Buenas noches, hijo. Y no despiertes a tu madre.

Vuelve a sentirse el silencio tras el último chasquido del interruptor de la luz, que proviene de la habitación del hijo. Las imágenes de unos deportistas enfrascados en retar a los límites de la estética, se van sucediendo en el televisor mientras aquel padre consigue acomodarse de nuevo en una posición que le permita no pagar en exceso los rigores del sofá.

Y mientras disfruta de su condición de noctámbulo, sumergido en triples y mates imposibles, no puede evitar pensar lo duras que se le harían las noches, si por la razón que fuera, decidieran algún día suspender esa competición.

No lo harán, piensa. No serán capaces de robarnos nuestro sueño.